Día Internacional de la Depresión

Con frecuencia los humanos hasta con aproximación al masoquismo, exacerbamos nuestras propias imperfecciones, así lo hacemos estableciendo un día internacional de la depresión, pues se entiende que un día conmemorativo es para exaltar su utilidad, reivindicar sus valores o también combatirlo. El esfuerzo debería centrarse en superar o reprimir este trastorno para que, dentro de lo inesperado e incómodo, sea lo más efímero o fugaz posible.

La depresión es un estado mental que sobreviene naturalmente en correspondencia a nuestra imperfección, pues se concentran en su irrupción súbita los factores sicosociales, además de los genéticos, biológicos, entre otros.

Indudablemente, la depresión nos afecta en el estado de ánimo que no es tristeza; inmerso en este trastorno se mantienen pensamientos pesimistas, expectativas negativas sobre nosotros mismos y lo que deviene, irritabilidad, angustia, ansiedad hasta llegar a pensamientos suicidas.

Coherente ayuda es la automotivación con los pequeños y grandes éxitos del pasado debido a que todas las personas siempre logran algo superior sin importar su dimensión. Recordar esos eventos de éxito y repasarlos incrementa la autoestima y trasfunde una energía inmensurable para repetir logros y aplacar la depresión.

Para los que no somos doctos en la materia, esta circunstancia inevitable de orden mental, se palia con la fuerza interna que reside en todo ser humano, energía que nos desvelará nuevos horizontes de habilidades y destrezas que debemos introducir en la vida diaria para autorrealizarnos. En un ser que busca realización lícita o está ya realizado es altamente improbable que penetre la depresión.

(*) Es abogado con varias maestrías y diplomados