Miercoles 13 de enero de 2021
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El coronavirus, con los aumentos que habría tenido en los últimos días para hacerlo más grave y contagioso, incrementa seriamente los peligros para el mundo porque todos los países están expuestos a lo que pudiese venir. Una nueva cadena de interrogantes se cierne sobre todos por no saber cómo enfrentar a lo actual y menos a lo que pudiese sobrevenir. Queda, sin embargo, la voluntad para vencer al mal combatiéndolo con las conductas que se observen para impedir nuevos contagios y, además, tratando de convencer a los renuentes para que dejen su posición irresponsable e insolidaria y dejen de convertirse, en próximos días o semanas, en nuevos enfermos y transmisores del virus.
Es situación difícil y preocupante que espera al pueblo; y lo es tanto cuanto las vacunas servirán solamente para los sanos y no para los enfermos que ya padecen el mal. Los sanos deberán cuidarse mucho y los contagiados seguir con los tratamientos indicados por los médicos. Las vacunas son regueros de esperanza y es de esperar que lleguen pronto y así se evite la presencia de nuevos casos. Que habrán reacciones cuando se las utilice, es innegable, pero serán tan pocas que parecerán imperceptibles por lo pasajeras.