Entre chaucheros, colectivos y microbuses

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La gran historia del transporte de del departamento de Oruro; así como sus grandes logros, sus dificultades, sus luchas, problemáticas y anhelos; aún no se ha terminado de recopilar, ni se ha terminado de contar. Hay mucho por recordar, escribir e investigar, porque para muchos ciudadanos vuelve a la mente las entrañables imágenes de aquellos gigantes motorizados que empezaron con la gran faena del autotransporte en Oruro.

Presentaremos a continuación algunos apuntes históricos que van desde los primeros motorizados llamados “chaucheros”, pasando por los extintos “colectivos” hasta la llegada de los aún vigentes “micros”.

Oruro a inicios del siglo XX crecía con un ritmo envidiable, la capital y alrededores estaba en marcha gracias al trabajo minero. Hechos importantes como las migraciones de extranjeros, las aperturas de grandes casas comerciales, el transporte ferroviario, el estaño como pulmón económico, la Guerra del Chaco, entre otros; habían marcado a la ciudad y le daban impulso hacia el progreso.

Las familias pudientes de Oruro, demostraban sus carros importados por el centro de la ciudad o iban de excursiones y “picnics” fuera de la urbe, pero el grueso de la población popular, al no poder acceder a estos coches, empezó a necesitar de transportes públicos o “colectivos”; de ahí el nombre de estas movilidades; tanto para poder llegar a estos lugares como para realizar diligencias en diferentes puntos.

Según don Jorge Puña Soliz; ex colectivero y dirigente del sindicato; cuenta que en primera instancia, aparecen los “chaucheros”, es decir los “colectivos” que todavía no se habían organizado. Consistían en movilidades enormes con más de 25 asientos, con un motor especial y que no tenían rutas establecidas. Estas movilidades tenían dos puertas, por la de adelante que se hacía el ingreso y la trasera de salida. Si alguien quería bajar, debía jalar una pequeña cuerda que fungía de timbre, entonces el chofer paraba el bus en la esquina siguiente. Los “chaucheros” llegaban hasta la calle Velasco Galvarro en la zona Este, hasta el barrio “Oruro Moderno” en el Norte, el sector del Socavón el Oeste y por las cercanías de la calle Murguía y la Estación Central de Trenes hacia el Sur.

Luego aparecen los colectivos, popularmente llamado “las góndolas” con una sola puerta, parecidos a los micros de ahora, pero con la diferencia de que constaba con más asientos y era de buen tamaño.

Y es el 4 de enero de 1952, que se funda de manera más organizada “El Sindicato de Colectiveros en Servicio Urbano”, bajo el deseo de “asociarse voluntariamente entre todos los trabajadores para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo, y para proteger sus intereses” (Acta de Fundación); y cuya primera directiva estaba a cargo de Hilarión Murillo como presidente, Emilio Meléndez como secretario de actas y correspondencia, Vicente García como tesorero y además de Teodosio Terán, Ricardo Durán y Máximo Guzmán como inspectores técnicos.

En primera instancia aparecen los colectivos de la línea 1 y 2 (rojo y verde respectivamente). El colectivo rojo tenía la ruta de Norte a Sur y viceversa, por el centro de la ciudad (Norte, 6 de Octubre, Plaza, Cementerio, Zoológico); y el verde también de Norte a Sur, pero su ruta pasaba por el Mercado Campero y calles adyacentes.

Luego aparece la línea 3, de San José al mercado Campero y prosigue la línea 4 de Oeste a Este, del Socavón al Tagarete. El pasaje en colectivo era el más barato del transporte orureño. A partir de la década del 70 aparecen los famosos micros de servicio especial con las líneas A, C, D, etc.

En 1974, en el mes de mayo, un grupo de socios del Sindicato de Colectiveros tuvieron la idea de importar microbuses a Oruro. Esta importación estaba motivada por los socios Juan Goitia, Abel Rodríguez, René Rivero, Jorge Puña, Juan Velis, Armando Morales entre otros. El primer contacto fue con los Sindicatos de La Paz quienes en el mes de junio les dieron buenas noticias a los impulsores. Pero al llegar a El Alto, los colectiveros orureños se vieron decepcionados al percatarse que los micros estaban en mal estado, oxidados y con una serie de desperfectos que hizo abortar esa importación.

En esos mismos meses, el Sindicato de Taxistas también tenía la idea de importar micros y adherirlos a su gremio. Esta noticia preocupó a los colectiveros ya que ellos suponían que por la modalidad de trabajo, correspondía a su sindicato adjudicarse la importación. La pelea por quién importaba primero los micros para su sindicato había iniciado.

Por el azar del destino, don Jorge Puña visita la zona de Villa Victoria y le dan la noticia de que el sindicato de ese lugar había importado micros de fabricación brasilera, marca Ford F-350; que contenían 21 asientos, pero que, por la topografía de la ciudad de La Paz, los nuevos micros; que tenían motores pequeños, no eran aptos para esa urbe, y que fácilmente se adaptarían a las calles de Oruro.

Inmediatamente el señor Puña se dirige a Oruro para retomar el primer grupo que deseaba la importación y se comunican con Villa Victoria y entre varias negociaciones, el Sindicato de Colectiveros de Oruro logra la esperada importación de 19 Micros:

“Así hemos logrado ganar a los taxistas la importación, todo se debe al buen oficio de Don Gastón Hidalgo del Sindicato de El Alto, a Don Héctor Gonzales que fue el encargado directo de la importación desde Brasil y al gerente general del Banco de Crédito de Oruro, el señor Wilson Sandi, quien logró autorizar un préstamo significativo a los “colectiveros”. Mencionó el Señor Puña.

El 29 de diciembre de 1975, partiendo desde Villa Victoria llega a Oruro los nuevos Microbuses carrocería CAIO, marca Ford. El Sindicato de Colectivos se viste de gala al inaugurar sus primeras líneas de Micros, las líneas verde A-B, con recorrido de Norte a Sur y viceversa. En 1976 los colectiveros, engrandecen su gremio llamándolo ahora Sindicato de Colectiveros y Micros y Minibuses.

Una nueva Dirigencia se hace cargo del sindicato en los años 80, y deciden crear una publicación llamada “El Colectivero” voz y pensamiento del Sindicato de Colectiveros en Servicio Urbano; a la cabeza de don Valentín Bernabé Moya, secretario de prensa y propaganda. En febrero de ese año se hace la primera publicación, en honor a la efeméride departamental. Pasaron los años y “El Colectivero” pasa a llamarse “El Transporte” publicación que en la actualidad abarca el nivel nacional con las diferentes federaciones y sindicatos.

Entre los “colectiveros” más antiguos están Máximo Guzmán, Clemente Enríquez, Humberto Ávila, Teodosio Terán, Teófilo Aramayo, José Sánchez, Alfredo Peñaranda. Los hermanos Puña Soliz, Alex, Ricardo y Jorge; Pelagio Abasto, Trinidad Belzu, Alicia Quintanilla así como Eduardo Goitia, oficial de tránsito que cambió el “silbato” por el volante, entre otros, que marcaron un hito en el autotransporte de Oruro.