Viernes 08 de enero de 2021

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Un largo periodo de frustraciones en la actividad productiva minera, persiste al presente con la complicación que genera un elemento de efecto mundial como la pandemia del coronavirus, que obligó en nuestro caso a suspender labores en los centros mineros y metalúrgicos, para evitar la propagación del mal, lo que pudo significar un verdadero desastre. Menos mal la situación está bajo cierto control, aunque con fuertes medidas de previsión.
Lo importante es que disposiciones superiores sean estrictamente cumplidas y que las mismas estén de acuerdo a las condiciones que se presentan con características especiales en los diferentes centros mineros y metalúrgicos, que por razones de su propia naturaleza, exigen algunos elementos de orden material y otros que son parte de la responsabilidad de los trabajadores, en relación a condiciones físicas y otras propias de la seguridad laboral.
Un aspecto que no avanza en la concreción de su objetivo, tiene relación con el problema mayor que afecta parte de la minería estatal y por supuesto al sistema metalúrgico, los distritos de Huanuni especialmente como principal proveedor de concentrados para la Fundición de Vinto, Colquiri que también destina parte de su producción para el mismo fin, otros distritos menores y las cooperativas son dependientes económicamente del movimiento financiero que se genera en la metalúrgica de Vinto Oruro, la primera fundición estatal, en la que lamentablemente se alteraron ciertos aspectos que como resultado arrojaron una cuantiosa deuda de la Fundición con los distritos proveedores.