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No importa el color del gato - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Miercoles 06 de enero de 2021

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Editorial y opiniones

No importa el color del gato

06 ene 2021

Demetrio Reynolds (*)

Allá por los años 80, el dictador chino Den Xiaoping hizo circular por el mundo, a través de la prensa, una frase que simboliza el pragmatismo del gigante asiático: “No importa el color del gato, con tal que cace ratones”. Rudo y franco, en esa fórmula reveló la versatilidad acomodaticia del régimen. China, con su algo más de 1.300 millones de habitantes, es el país más poblado del planeta. ¿Y qué representa Bolivia con su apenas 10 milloncitos? En población y en potencia, nada. Pero curiosamente se ha convertido en el socio más importante de China.

Su actividad comercial se expande por todo lado. ¿Qué cosa no es producto chino en el mercado? “Made in China”, hasta en los objetos más domésticos. Y en la política nunca ha dejado de ser comunista, el más acérrimo y dictatorial que pueda haber. Pero en lo que hace a la economía y a los negocios no hay otro país más capitalista que China. Es una paradoja, pero les va muy bien o tal vez aprendieron de Maquiavelo aquello de que “los fines justifican los medios”.

El hecho es que tropezamos con gatos y con cuentos chinos a cada paso. Por ejemplo, nos entregaron unos aviones carísimos que no vuelan; eso es vender “gato por liebre”. Los ejemplos siguen: Decir con desprecio que en un partido político “no son más que cuatro gatos”, es referirse a su escasa militancia. Y cuando alguien dice “aquí hay gato encerrado”, se entiende que existe una sorpresa maliciosa pero oculta. Ni la literatura es ajena a los gatos. Edgar Allan Poe es autor de un relato terrorífico que titula “El gato negro”.

Y al cabo de casi un año todo lo que se sabe del coronavirus es que salió de un laboratorio chino, parece que se les escapó de las manos el Frankenstein biológico. Por suerte, y recogiendo el clamor popular, hay varias investigaciones en curso; socialistas y capitalistas están en carrera competitiva. Unos más y otros menos, todos están en el empeño de lograr la vacuna salvadora. Reino Unido y Rusia representan a los dos bloques políticos en que se halla dividido el mundo. En Latinoamérica Argentina, Chile y México dizque están probando ya la efectividad del remedio.

En los últimos años Bolivia atravesó, en lo político, por una situación complicada. A eso se sumó la pandemia que generó hambre y desocupación. En ese contexto, y ante el rebrote del Covid-19, ¿qué podrá hacer ahora? No está en condiciones de elegir al “gato” para espantar o aniquilar la plaga que le invadió. Justamente por esa emergencia, no importaría de qué lado provenga la vacuna; sólo nos correspondería asumir la paciencia bíblica de Job para esperar el turno que nos asignen los poderosos. Pero es injusto que el propio damnificado pague todo. Salió de China el mal y China debería ser la responsable.

(*) Es columnista independiente

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