El Covid-19 contra el Carnaval de Oruro

En septiembre de 2020, cuando comenzaron a levantarse las medidas de restricción para prevenir los contagios del coronavirus, se vislumbraba un futuro prometedor, cuando llegó noviembre, el entusiasmo se incrementó y se definió organizar el Carnaval de Oruro 2021, comenzando con la realización del tradicional “Calvario”.

Domingo a domingo se realiza la feria de las miniaturas en la plaza Argentina, también conocida como plaza del Folklore, en inmediaciones del Santuario del Socavón, pese a verse atestada de gente que con o sin barbijos asiste a distenderse de sus labores cotidianas.

Sin embargo, en ciudades del eje troncal, es decir, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, comenzó a incrementarse el número de casos de contagios por Covid-19, haciendo sonar todas las alarmas en los otros seis departamentos de Bolivia, puesto que muchas personas resultaron nuevamente contagiadas y existen nuevos casos, y aunque los fallecimientos son menos que las recuperaciones, son vidas preciadas que dejan dolor y luto en las familias.

En diferentes ocasiones la fiesta devocional estuvo a punto de suspenderse, por distintos motivos, la mayor parte de ellos fue por alguna protesta de los movimientos sociales y gremios, que expresaron su descontento al Gobierno de turno, realizando bloqueos de carreteras, impidiendo que devotos y visitantes pudieran llegar a la Capital del Folklore de Bolivia, para expresar su amor a la Mamita del Socavón o mirar el maravilloso espectáculo que se organiza en su honor.

Pese a las adversidades la Obra Maestra no se detuvo, el espectáculo continuó, inclusive en algunas ocasiones con imprevistos que segó la vida de algunas personas. Sin embargo, en esta ocasión, un virus muy contagioso y mortal amenaza a quienes quieran asistir a la Entrada del Carnaval de Oruro, por lo que fue el factor, después de cientos de años, para que se decidiera su suspensión.

No obstante, no se podrá apreciar el colorido espectáculo, que en cierta forma se estaba convirtiendo, más que en un acto devocional, en un espacio para figurar y ostentar tanto físico como el dinero que se gastaban los danzantes en lujosos trajes, cada vez más vistosos, pero también más escotados y pequeños.

Lo que sí estará permitido es continuar con la esencia del Carnaval de Oruro, la devoción hacia la Virgen de la Candelaria, o del Socavón, con misas y otras actividades litúrgicas, que se organizarán de manera virtual, para que los devotos puedan expresar su fe de alguna manera.

De esta nueva experiencia también aprenderemos mucho, es más importante cultivar los valores y la fe por la fe, que la ostentación en trajes, joyas y el físico, de los que hacían gala muchos bailarines, quienes anteponían el espectáculo a su verdadera devoción, como reza el dicho “por algo pasan las cosas” y si es la voluntad de Dios se debe acatar a rajatabla.