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Ponencia: “los niños en la narrativa Vallejiana” - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 20 de diciembre de 2020

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Revista Dominical

Ponencia: “los niños en la narrativa Vallejiana”

20 dic 2020

Por: Alfredo Soria Hurtado (*)

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La literatura y su gran universo de palabras, emociones, sentimientos, encierran historias, testimonios, experiencias e ideales, logrando que podamos como seres humanos degustar una mínima porción de toda su producción mundial. Por fortuna, dentro la vorágine de nuestra existencia y la dirección del vendaval del destino, nos topamos con cada libro, gozamos de cada lectura, nos deleitarnos con cada género literario y la visión literaria de sus autores, etc.

Nuestra existencia es demasiado corta, efímera, por eso es importante disfrutar de un buen texto literario e involucrarse con un libro o autor que está esperando por nosotros para cambiar o mejorar nuestra existencia.

Motivo de satisfacción es tener el privilegio y la oportunidad de acompañar las reuniones del: “Centro Capulí Vallejo y su tierra”, conocer la vida, obra y el legado de este importante poeta peruano como es Cesar Vallejo, orgullo de su natal Santiago de Chuco, de nuestro hermano país Perú.

Toda su obra es para nosotros, sin temor a equivocarnos: patrimonio de la humanidad como toda la literatura misma.

En ese contexto, bajo nuestros ojos bolivianos, realizamos un estudio y un análisis de la experiencia en la lectura de la producción narrativa de Vallejo para valorar e interpretar su visión del mundo y la sociedad, aproximarnos y establecer algunas inferencias e ideas, establecer algunas coincidencias o similitudes encontradas con la sociedad y la literatura boliviana. Esta aproximación, tal vez no a la escala de los grandes estudiosos de César Vallejo, nos permite, maravillarnos con la excursión fantástica que realizamos por las

letras de Vallejo.

César Abraham Vallejo Mendoza, nacido en Santiago de Chuco, Perú, hijo menor de 11 hermanos, de familia precaria económicamente, con una infancia rural como muchos de nosotros en esta parte de América, pero, aunque pobre, nunca le faltó lo más importante: el amor de su familia y una buena educación que le permitió sobresalir en los estudios para demostrar su talento.

Nos sumergirnos en ese Vallejo Universal y nos enfocarnos en el repaso de cuatro piezas narrativas: “El unigénito”, “Paco Yunque”, “El vencedor” y “Los dos soras”. Con referencia a estos cuentos vamos a compartir algunas connotaciones y relaciones que encontramos como receptores de estas maravillosas narraciones.

En Bolivia tenemos a dos grandes referentes de la literatura infantil: el tarijeño Óscar Alfaro y el orureño Hugo Molina Viaña, los eternos poetas de los niños en nuestro país. Hacemos referencia a estos escritores por la habilidad que conlleva escribir para niños, hacer de la palabra un juego, escribir con ternura, conjuncionar la magia, la inocencia y la dulzura que representa escribir para niños. Con esto no queremos decir de ninguna manera que César Vallejo escribe literatura infantil, pero, para crear narraciones que involucran personajes de niños, se requiere mucha habilidad, involucrarse con el niño interior que alguna vez tuvimos o conservamos aún con la misma picardía, inocencia o crueldad que caracteriza la niñez, es realmente sorprendente.

El carácter revolucionario, realista, contestatario, que marcó César Vallejo y la vivencia desde la experiencia misma, que se reflejan en estos cuentos, logran atraparnos como lectores (como es en nuestro caso), nos cautivan y nos asombran cuando vemos cómo involucra la narrativa vallejiana a personajes niños desde una perspectiva brillante que sugiere y nos invitan a cuestionarnos algunas acciones que derivan en connotaciones.

La naturaleza de esta ponencia gira en relación a ese análisis: “Los niños en la narrativa vallejiana”. Empezaremos el mismo, apoyándonos en los niveles de la lectura: literal inferencial y crítico, para poder precisar y compartir mejor nuestra experiencia: Autoidentificación del lector: ¿Qué te gustó de la lectura? ¿Qué es lo interesante? ¿Qué es lo que te atrae?

El cuento “Paco Yunque” nos atrapa, retrocede en las páginas del tiempo, nos recuerda algún momento de esa niñez muy diferente a las actuales generaciones. En nuestra niñez, en la escuela, en algún momento de nuestra vida también fuimos Paco Yunque, pues tal vez recibimos maltrato o golpizas de algún niño o muchacho como Humberto Grieve, el antagonista del cuento, recordándonos nuestro estatus social. En esta lectura sentimos a Vallejo atraer hábilmente al lector, pues nos comparte sus vivencias y con seguridad sus años de infancia.

En el caso de “El unigénito”, nos revuelve el recuerdo de aquel amor no consumado, “platónico” como lo define el autor. Ese amor imposible, ese amar en silencio y con fidelidad que alguna vez tuvimos en nuestra vida o en nuestra juventud. Este aspecto cautiva al lector cuando plantea un final inesperado, con un beso de muerte de los enamorados y la aparición del fruto sorprendente de esa relación: un niño triste. Ese niño que llora, siente, que se ve afectado por la consecuencia de las decisiones buenas o malas de la gente adulta que van a marcar su camino, en la mayoría de los casos tristemente.

En el cuento: “El vencedor” la historia de dos niños Cancio y Juncos de diferentes clases sociales que intercambian golpes, reflejo de una sociedad agresiva, construida por los mayores, que se resume en ese tiempo en la distinción de clases sociales como tema recurrente. Nos presenta a aquel niño “no vulnerable” en el tema de las trifulcas o peleas de puños, sino aquel vulnerable que carece de zapatos, y aun recibiendo el triunfo, más por orgullo que por talento en los golpes, el vencedor se queda solo, triste y solitario. Y el perdedor es elevado en hombros.

Inferencia inmediata:

“Paco yunque”, representa aquel niño campesino que sufre de marginación social, que para nuestros ojos bolivianos puede representar a ese niño minero de los años 1920-1950 antes de la revolución, pobre, sometido, sin educación, callado, privado de pensamiento e ideas. Los marginados, discriminados; simboliza a aquel niño del campo que sufre abuso, rechazo, por su condición social. Algunos escritores bolivianos como Jesús Lara en su novela “Surumi” nos presenta con cierta similitud la vivencia de Wuáscar Puma, hijo de un pongo quien es víctima de los abusos y castigos del patrón hacendado y Surumi víctima de un abuso sexual. Wáskar Puma, el niño debe ir a estudiar a la ciudad de Cochabamba, pues el legado de sus padres era estudiar y no ser como ellos.

Lamentablemente en Bolivia, las diferencias marcadas entre campo-ciudad, aymara -quechua - guaraní, y otras culturas; clases privilegiadas y clases olvidadas; diferencias marcadas entre collas cambas y Chapacos hacen difícil la unidad como nación, pero ante estas adversidades, existe un llamado a avanzar en el tiempo y capitalizar la construcción de un país en la diversidad; un desafío a los gobernantes y gobernados.

Aquellos niños del cuento: “El vencedor”, nos muestra el prejuicio de una clase social a la que se le ha asignado un estereotipo que minimiza sus derechos como ser humano, y lo hace un individuo de tercera clase. Todo contribuye a grabar en los indios un fatalismo secular. “Nuestro destino es sufrir”, tal como lo describía Alcides Arguedas con su obra “Raza de bronce”.

CONCLUSIONES:

-Literatura de un alto componente social marcado, rebelde: reivindicativo y de denuncia social.

-Invitación a reflexionar y actuar: Propugna la igualdad.

-Los niños: hablar de niños y problemáticas relacionadas con ellos, es hablar de la familia, Para que desaparezca la discriminación, debería desaparecer el mismo término.

Para entender la obra de Vallejo, debemos ampliar nuestro horizonte crítico. La obra de Vallejo por su grandeza necesita ser estudiada y analizada. Esta narrativa va más allá de un cuento coqueto y singular, es algo más profundo que te invita a la reflexión de ese alguien: nosotros.

Concebimos a César Vallejo como un importante autor que se solidariza con los sufrimientos de los pobres, es el hombre, el poeta, el pensador que da un grito de rebelión contra la sociedad y la injusticia.

Reciban desde Oruro, Capital del Folklore de Bolivia, nuestro reconocimiento y homenaje a César Vallejo, hombre, escritor, poeta, luchador y revolucionario. También nuestra admiración llegue hasta Santiago de Chuco-Perú, pueblo natal del vate universal. “Los intelectuales son rebeldes, pero no revolucionarios” (César Vallejo).

(*) Es Profesor de lenguaje y comunicación, licenciado en pedagogía

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