Consejos para mejorar la justicia

Cuando el actual ministro de Justicia habló de mejorar la justicia en Bolivia, seguramente algunos políticos ya se frotaron las manos para adecuarla a sus intereses particulares o de grupo, y ayer, el mismo personaje pidió consejos, tanto a sus colegas abogados como a la población en general, para encontrar el camino a seguir para lograr ese objetivo.

Desde que se hizo la primera observación en sentido de que la justicia boliviana está tan venida a menos que se deben hacer cambios, los comentarios al respecto no se hicieron esperar, políticos de oposición observaron que se pretende modificar la Constitución Política del Estado, CPE, para terminar de sepultar la necesidad de los dos tercios de votos en la Asamblea para aprobar ciertas leyes y determinaciones polémicas, para poder consolidar el anhelo del expresidente, también dirigente del Movimiento Al Socialismo, MAS, de que la reelección indefinida de un presidente sea considerada un derecho humano y sea posible gracias a las leyes.

Pero para que el sistema de justicia cambie en Bolivia, no es necesario cambiar las leyes o la CPE, lo que tiene que modificarse es el sistema de valores de las personas que se encargan de ministrar justicia, ya que no existe integridad en muchos de los profesionales abogados, que se sienten poderosos y que creen en el dicho “hecha la ley, hecha la trampa”, que sirven a un partido político y no a un país.

Integridad es hacer lo correcto, aunque nadie nos esté viendo, porque cuando se redactaron las leyes en ningún lugar se puso, “deja de ser delito o infracción cuando nadie le está viendo”, un ciudadano no puede tomar lo que no es suyo por el simple hecho de haberlo encontrado en un lugar visible, o porque nadie le está observando, si ve que a alguien se le cae algo no puede quedárselo, debe alcanzar al dueño y devolvérselo.

Pero, ¿qué enseñamos a nuestros niños? Que si se bloquea la calle o la carretera conseguiremos lo que queremos, con violencia sí nos hacen caso y nos dan lo que pedimos; que está bien tirar basura en la calle, total todos lo hacen; que está bien quitarle el lápiz al compañero si olvidó el suyo; que no importa si podemos trabajar, es más fácil estirar la mano y pedir regalado; que si algo no nos gusta nos agarramos a golpes y lograremos imponernos.

Lo que tenemos que enseñar desde pequeños a los estudiantes es que con esfuerzo y trabajo se triunfa en la vida; no importa si no nos están viendo, igual debemos cumplir las reglas y leyes; debemos ser puntuales, limpios y ordenados; debemos ser disciplinados y amables; que sus derechos terminan donde empiezan los de los demás; si no es tuyo no te lo lleves, si conoces al dueño devuélveselo; y sobre todo, respeta el valor que los políticos hasta ahora no pueden hacerlo, no mentir, decir siempre la verdad aunque duela.

Si los adultos enseñamos con el ejemplo esos valores no habría que cambiar ni una coma en las leyes, y si esas leyes están mal formuladas o dañan a la sociedad, se cambiarían para el bien común y no para beneficio de unos cuantos, o por intereses particulares, esa justicia sería más parecida a la divina y ayudaría a la comunidad a vivir en paz y armonía, cumpliéndose realmente el suma qamaña o sumak kawsay.