El retorno de Evo Morales a Bolivia

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Tras un año de su salida del país producto de los conflictos sociales y una renuncia forzada por denuncias de fraude en los comicios del 2019, Evo Morales Ayma retornó a Bolivia en noviembre de este año, dejando en claro que continúa gozando de la popularidad y confianza de mucha gente que lo ve aún como el caudillo y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS).

El 11 de noviembre de 2019, tras haber presentado su renuncia al cargo de presidente un día antes, Evo Morales Ayma, el vicepresidente Álvaro García Linera y otros allegados de su gobierno, abandonaron el país desde el aeropuerto de Chimoré, en ese entonces no se conocía su rumbo exacto, luego se supo que estaría asilado en México y un mes después pasaría a Argentina para continuar con su exilio.

El volver por tierra no fue producto de la casualidad, los momentos vividos en el aeropuerto de Chimoré al momento de su salida seguían presentes, y para no recordarlos decidió retornar por la frontera de La Quiaca con un cronograma especial, atravesando parte del suelo orureño donde se encuentran algunos sitios emblemáticos para el líder cocalero.

Tras cruzar la frontera entre Argentina y Bolivia a pie por el puente internacional el 9 de noviembre, uno de los puntos de parada de Morales fue el Salar de Uyuni, donde está la principal reserva de litio del país y parte de la propuesta del MAS para potenciar Bolivia en la agenda 2020-2025.

El 10 de noviembre llegó al departamento de Oruro por el sector de Sevaruyo para llegar hasta Orinoca, lugar de nacimiento del exmandatario, a medida que avanzaba por el territorio boliviano, una serie de manifestaciones de sus seguidores se hicieron patentes con concentraciones masivas, fueron más de 12 congregaciones que esperaban a Evo, quien tuvo que reducir la agenda para llegar al Trópico de Cochabamba en la fecha fijada.

El monumento al Jach’a Flores en Oruro, fue el epicentro de una de las concentraciones más masivas, donde volvieron viejas costumbres como la otorgación de reconocimientos y regalos especiales al exmandatario como pinturas, un bombo, ponchos y otros trajes típicos del altiplano boliviano, también compartir con algo de baile con sus seguidores y discursos avivados en procura de negar el fraude del 2019 y afirmar que fue un golpe de estado lo ocurrido en el 2019.

El 11 de noviembre, un año después, Evo llegaba al lugar donde 365 días antes escapaba del país custodiado por sus seguidores cocaleros y campesinos, mismos que ahora lo recibían de forma masiva en el aeropuerto de Chimoré, lo cual fue usado perfectamente para que Evo pueda señalar que “Fue desde este aeropuerto que dijimos volveremos y seremos millones, ahora somos millones”.

Fuente: LA PATRIA