Necesidad de insumos y medicamentos se hizo evidente en el pico alto de la pandemia

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Ningún país o ciudad estaba preparado para el Covid-19, para Bolivia, en especial para el departamento de Oruro donde se registró el primer caso positivo importado desde Europa, fue un “balde de agua fría” debido a la serie de necesidades en el sistema de salud pública y en la seguridad social.

A pocos minutos de conocerse del primer paciente infectado en Oruro las farmacias se abarrotaron de gente intentando adquirir barbijos, y desinfectantes de todo tipo, especialmente el alcohol en gel, a tal punto que algunas señalaban haber terminado todo su stock, mientras tanto la gente denunciaba agio y especulación.

Trabajadores en salud demandaban la necesidad de insumos de bioseguridad y exponían las necesidades en los diferentes centros de salud, hospitales de segundo y tercer nivel, incluso algunos médicos y enfermeras tuvieron que adquirir por cuenta propia los implementos para atender a pacientes.

Hasta la expresidente Jeanine Áñez en su visita a Oruro, el 26 de marzo, señalaba: “Hubiésemos querido tener los hospitales completamente

Julio y agosto fue el pico elevado de Covid-19, y fue ahí cuando más evidente se hicieron las necesidades en Salud, pese a los esfuerzos de las instituciones locales, todavía se requería ayuda, los hospitales públicos, clínicas privadas, y la seguridad social se habían saturado; y el horno crematorio, debido a los fallecimientos.

Muchas instituciones privadas, residentes orureños organizados en otros países, y organismos internacionales hicieron eco de su solidaridad, con lo que pudieron, ayudaron con la dotación de insumos al personal de salud, cuyos trabajadores estaban en primera línea en la lucha contra el Covid-19.

En mayo, Áñez llegó nuevamente a Oruro, trayendo televisores, camas de internación, detergente para limpieza, ítems en salud y 15 respiradores. “Traemos respiradores que salvan vidas (…). Todos los bolivianos y bolivianas tienen derecho a tenerlos por si se los necesita, y los enfermos sean atendidos de forma digna”, apuntó en su discurso.

Sin embargo, éstos nunca fueron utilizados debido a una serie de observaciones en su adquisición, que costó procesos penales, destituciones de altas autoridades en salud, que hoy por hoy se siguen arrastrando.

La Policía y el Ejército, durante los primeros meses de cuarentena rígida se encargaron de velar el cumplimiento estricto de las restricciones emanadas por el gobierno nacional, departamental y municipal, en ese sentido también requerían insumos para resguardar su salud de posibles contagios, en ese entendido la Gobernación y Alcaldía hicieron las adquisiciones respectivas.

Los municipios rurales hicieron también sus adquisiciones en la medida de sus posibilidades.

Fuente: LA PATRIA