César Vallejo y su visión política-social del ayer y de hoy

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Sin duda alguna, señalamos que la genialidad artística de César Vallejo, quien nos transmite a través de sus poesías y del transcurrir del tiempo y el espacio aún hacen notar que todos los sujetos de una sociedad tenemos la responsabilidad moral, política y social de ser parte imprescindible del desarrollo de un país. Países no solo de habla española o que presentan una presencia cultural hispana, sino a todo sujeto humano que tuvo y tiene un encuentro con este gran poeta.

En este sentido comprendemos lo citado por Vallejo cuando señala que: “El artista es, inevitablemente, un sujeto político. Su neutralidad, su carencia de sensibilidad política, probaría chatura espiritual, mediocridad humana, inferioridad humana e inferioridad estética”.

En consecuencia, en palabras suyas, no dejamos de reconocer el espíritu revolucionario de este noble poeta y que todos los acontecimientos sucedidos en su vida estaban íntimamente ligados a las zozobras que nacen de las circunstancias emocionales, familiares, económicas y políticas que le rodeaban y que el mismo Vallejo reconoce señalando: “Voy sintiéndome revolucionario y revolucionario por experiencia vivida, más que por ideas aprendidas”.

Y es, precisamente toda su vivencia que hacen florecer aún más el espíritu revolucionario de este ilustre poeta, desde su innegable pensamiento revolucionario transmitido a través del tiempo a consecuencia del contacto directo que tuvo con la realidad desde sus frescas primaveras en Santiago de Chuco, observando a detalle a sus compatriotas que palpaban las realidades más tristes y que este ilustre poeta las convirtió en parte suya.

También reconocemos la participación que tuvo en el grupo de intelectuales peruanos denominados “Grupo Norte” que, a nuestra percepción, es ahí, donde inicia su ideología política estableciendo a posteriori estudios sobre el socialismo. Así también tuvo mucho que ver los tristes acontecimientos antes y después de su encarcelamiento como también, la vida en Paris, las vistitas a la Unión Soviética y su acercamiento al estudio del marxismo, en el que vio, una esperanza de lucha, un camino contra la injusticia para alcanzar un cambio verdadero de liberación de una nueva y mejorada sociedad del mundo.

Por ello sin duda alguna, Cesar Vallejo se hizo revolucionario a través del tiempo por el contacto continuo con la realidad que el mismo vivió. Y ese espíritu revolucionario hace que en 1932 se una al Partido Comunista de España, donde tuvo una participación activa y tras el inicio de la guerra civil española, Vallejo hace frente a esta lucha haciendo tangible su pensamiento: “Los responsables de que lo que suceda en el mundo somos los escritores porque tenemos el arma más formidable, que es el verbo”.

De esta manera, este ilustre poeta se hace responsable del mundo, no solo del mundo del ayer y sino del de hoy, tomando como instrumento de lucha a la palabra y es con la palabra que Vallejo lucha.

Y es precisamente, sus verbos los que hacen eco de lucha a través de sus bellos versos, su espíritu de conciencia política y social y que a su vez transforma a las palabras en combatientes de lucha y liberación que traspasarían a través del tiempo y el espacio.

De todos estos acontecimientos y remolinos revolucionarios de pensamientos e ideologías de Vallejo, nace su obra magistral póstuma: “España, aparta de mí este cáliz”, obra publicada en 1939 compuesto por 15 poemas, en los cuales plasma su labor de solidaridad humana sobre todo hace eco de su participación activa. No solo hace una contemplación de penuria de un pueblo, de una lucha criminal terrorífica, sino se hace participe directo del dolor y la desesperación y este sentir lo apreciamos en los versos siguientes:

Cuando marcha a morir tu corazón, mundial, no sé verdaderamente qué hacer, dónde ponerme; corro, escribo, aplaudo, lloro, atisbo, destrozo, apagan, digo a mi pecho que acabe, al bien, que venga, y quiero desgraciarme; ...

Así mismo, sin importar el pasar del tiempo podemos oír sus gritos de guerra, las llamadas a la solidaridad, las apelaciones a la conciencia y espíritu humano como lo demuestra en el Poema I titulado “Himno a los voluntarios de la república”

¡Voluntarios, por la vida, por los buenos, matad a la muerte, matad a los malos! Hacedlo por la libertad de todos, del explotado, del explotador, por la paz indolora… y hacedlo, voy diciendo, por el analfabeto a quien escribo, por el genio descalzo y su cordero, por los camaradas caídos, sus cenizas abrazadas al cadáver de un camino!...

En “España, aparta de mí este cáliz” también se aprecia la exaltación de la lucha de una sociedad y la esperanza por una vida mejor como lo muestra en este verso “Un día prendió el pueblo su fósforo cautivo, oró de cólera…

De igual manera, podemos apreciar que para este intelectual poeta, el miliciano, no es únicamente eso, es el valiente militante español, es el ser humano público e ignorado del ayer y del hoy, es todo sujeto del mundo que quiere un cambio nuevo en la sociedad. Por ello encontramos en “Los mendigos pelean por España” y en “Pedro Rojas” a todos ellos.

Los mendigos pelean por España mendigando en París, en Roma, en Praga y refrendando así, con mano gótica, rogante…Lo han matado, obligándole a morir a Pedro, a Rojas, al obrero, al hombre, a aquél que nació muy niñín, mirando al cielo, y que luego creció, se puso rojo y luchó con sus células, sus nos, sus todavías, sus hambres, sus pedazos.

También encontramos versos de esperanza y de sublevación futurista como:

Y volvió a escribir con el dedo en el aire: “¡Vivan los compañeros! Pedro Rojas”. Su cadáver estaba lleno de mundo.

En tal razón, señalamos que es increíble cómo Vallejo tenía el sentido de la predicción futurista, como en su poema “Piedra negra sobre piedra blanca” Así mismo se puede señalar que en el penúltimo poema de España, aparta de mí este cáliz, este grandioso poeta transmite versos de exhortación y desconfianza reiterando el ¡Cuídate! de manera imperativa como apreciamos en los siguientes versos:

¡Cuídate, España, de tu propia España! ¡Cuídate de la hoz sin el martillo, cuídate del martillo sin la hoz!... ¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo negarte tres veces!... ¡Cuídate del futuro!...

Cabe mencionar que, en esta genial obra de esperanza, percibimos una alegoría futurista donde visualiza lo que pasaría si cayera el pensamiento de revolución y esperanza (simbólicamente representada en la España de ayer y la España de hoy). Es entonces donde hace un llamado que se vislumbra en un clamor, clamor a los “niños del mundo”, niños del ayer y del hoy y clamor que pone en manos del ser humano más puro e inocente, capaz de captar las injusticias sociales y tomar el ejemplo de lucha de sus padres.

Niños, hijos de los guerreros, entretanto, bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendo la energía…si no veis a nadie, si os asustan los lápices sin punta; si la madre España cae -digo, es un decir- salid, niños del mundo; id a buscarla…

Para finalizar señalamos, que en cada uno de estos versos Cesar Vallejo muestra y deja un legado de su pensamiento político, su visión humana, su sensibilidad social y política, su desesperanza, sensibilidad empática y sus valores humanos que hicieron y hacen eco del dolor donde la revolución de sus pensamientos y su resiliencia florece hasta hoy, en cada poema de este gran poeta.

Y teniendo similitudes problemáticas sociales, económicas, políticas y culturales, comprendemos hoy en cabalidad su espíritu revolucionario que se transmite a través del tiempo ante las injusticias sociales. Y sí, sus tantas y bellas palabras calaron el alma y el pensamiento de todos los que tuvieron y tuvimos la dicha infinita de conocerle a través de sus armas que son sus palabras y que sin duda alguna es y fueron las más letales ante tal revolución.

Concluimos con unos versos nuestros inspirados por la genialidad de este gran poeta.

¡Sobrevivió la palabra!, la voz fulminante, la lucha constante eco sonoro de Vallejo, palabras suyas aladas y vivas sobrevivieron, haciéndose verbos y conjugándose con el tiempo, ¡sobrevivieron sus palabras!, protegiendo en un abrazo cálido al hermano caído, al que tirita del frío injusto de la vida ¡Sobrevivieron sus palabras!, y florecen en cada espíritu guerrero ¡Grande Vallejo! tus palabras, nos vuelven más humanos.