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Miercoles 02 de diciembre de 2020

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Editorial y opiniones

EDITORIAL

La costosa ciudad de Oruro

02 dic 2020

En este caso se debe poner una de cal y otra de arena, es decir, los ofertantes deben bajar un poco sus precios y los compradores estar dispuestos a pagar lo justo por un buen servicio o por productos de mayor calidad.

Oruro era conocida como una ciudad en la que se podía vivir de manera austera, pues los precios de los alimentos, los alquileres, las casas y cualquier otro producto o servicio eran económicos, sin embargo, de un tiempo a esta parte esta urbe se ha convertido en un lugar muy costoso para la vida diaria.

Pese a que en esta alta tierra se vivía de la minería y luego del comercio, adquirir productos de cualquier índole era posible y estaban al alcance de todo bolsillo, inclusive la Súper Feria era conocida en todo el país por ofrecer productos a precios muy rebajados, tanto, que comenzaron a llegar personas de todos los rincones de Bolivia para abastecerse y revender lo adquirido en sus lugares de origen.

Con poco dinero se podía acceder a una comida decente y deliciosa, también se podía vivir en alquiler, aunque los domicilios no eran de lujo, pero los precios eran razonables. Inclusive en una época, al tener Oruro una ubicación estratégica y ser paso obligado hacia y desde muchos lugares, siempre se abastecía con productos variados.

En una época se producían hortalizas en el área rural, zanahorias, habas, cebolla dulce, tomates, además de los productos tradicionales como la papa y la quinua, además de los camélidos, cuya carne es muy apreciada en otros departamentos.

Sin embargo, luego de la “relocalización” de los mineros, muchos ciudadanos se quedaron sin empleo y con escasos recursos de su indemnización, por lo que invirtieron sus liquidaciones en el comercio y dicha actividad fue creciendo de manera exponencial, hubo una época en que incluso se bromeaba señalando que si a Oruro se le pusiera un toldo parecería un gran mercado y no una ciudad.

La actividad comercial en sí es un aliciente para la magra economía de las familias orureñas, el problema es que con el crecimiento del gremio de los comerciantes también llegó el contrabando y la compra-venta de productos a medio uso, traídos desde Estados Unidos.

Los contrabandistas, para blanquear su dinero y evitar ser perseguidos por la ley por la actividad ilícita, en muchos casos compraron bienes sin regateos, por lo que los productos y servicios se fueron encareciendo tanto que la fama de ciudad austera quedó atrás y ahora al parecer es la más costosa de Bolivia, porque desde los bienes raíces hasta la alimentación tienen precios muy elevados, y aun así hay personas que viven de manera muy humilde.

Por otra parte, están las personas que viven en casas humildes, pero poseen bienes inmuebles en otros departamentos o en otros sectores de la ciudad, que son lujosos y caros. Y en cuanto a la comida, hay lugares donde el precio de la comida es más bajo, pero también es menos copiosa, lo que llama la atención porque en Cochabamba, por ejemplo, por el mismo precio una persona puede alimentarse de mejor manera, pues los platillos que se sirven sí son abundantes.

Pero en contraposición a lo expuesto, existen personas que en Oruro no están dispuestos a gastar dinero y hasta piden todo gratis, pero cuando viajan a otras latitudes de Bolivia no les interesa pagar mucho por algunos productos considerados de lujo.

En este caso se debe poner una de cal y otra de arena, es decir, los ofertantes deben bajar un poco sus precios y los compradores estar dispuestos a pagar lo justo por un buen servicio o por productos de mayor calidad.

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