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Domingo 29 de noviembre de 2020

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Editorial y opiniones

Contra el hambre y la pobreza

29 nov 2020

A alguien se le ocurrió la brillante idea de crear las “canastas alimenticias” con los recursos de los desayunos escolares, que este año no se entregaron a las escuelas debido a que las clases tuvieron que impartirse a distancia por la web, lo que generó reacciones diversas.

En primer lugar, se observa la diferencia entre los productos entregados en un municipio y en otro, en Oruro, el producto quizás más significativo de la canasta fue el azúcar, que se repartió en bolsas de 10 kilos, en cambio en Caracollo se entregó aceite, arroz, y otros productos en una importante cantidad, con el mismo monto de dinero.

En Cochabamba se realizó un bloqueo de carreteras que afectó al transporte a nivel nacional, ocasionando grandes pérdidas a productores y transportistas, porque no estaban de acuerdo con el monto entregado y querían que se entregue dinero en lugar de productos.

En La Paz también exigieron la entrega de dinero en lugar de productos alimenticios, pero el alcalde de esa ciudad impuso su autoridad y entregó los alimentos para las familias de niños en edad escolar.

En Oruro, la diferencia de otros bonos y beneficios para los escolares es que se entregó inclusive a las familias con hijos inscriptos en colegios particulares, ya que la pandemia golpeó casi a todos por igual, porque quedaron pocos rubros activos durante la cuarentena.

Las canastas se convirtieron en obligación y los padres de familia se pusieron exigentes respecto a ese beneficio.

Otras medidas contra el hambre y la pobreza fueron los bonos, que comenzaron a ser entregados en el Gobierno de Jeanine Áñez, para apoyar a la esmirriada economía de los hogares bolivianos, repartió bonos a casi todos, diferenciando los montos por grupos, es decir, para personas que no tenían sueldo, para padres con hijos en edad escolar, para madres con hijos lactantes.

Luego anunció un nuevo bono pro salud, pero en la Asamblea se negaron a aprobar la medida y el ahora Presidente de Bolivia, Luis Arce, entonces candidato presidencial, ofreció un bono que duplicaba el anterior y lo denominó “bono contra el hambre”, prometió que llegaría a todas las familias bolivianas.

El mencionado bono se convirtió en oferta electoral y muchos han debido favorecer a Arce con su voto para recibir lo prometido, pero recientemente anunció siete medidas para mejorar la economía, entre ellas habló del “bono contra el hambre” y dijo que sería para las personas con discapacidad, desde moderada a grave.

Sin embargo, ¿serán las canastas o los bonos una solución sostenible para enfrentar la crisis económica? O quizás otras medidas como las prometidas por el mandatario sean más acertadas para conseguir esa meta, como la reducción del IVA, el impuesto a la riqueza, entre otras y una que mencionó durante la campaña, pero no dijo más de aquella al asumir el mando, la devolución de aportes de las AFP.

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