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Miercoles 25 de noviembre de 2020

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Editorial y opiniones

Minas y campos, fuentes seguras de riqueza

25 nov 2020

Por: Armando Mariaca

No obstante, los estragos que continúa causando el coronavirus, Potosí, Oruro y La Paz, no pueden seguir en condiciones de generar riqueza teniendo como principal fuente a la minería y manteniendo a la agricultura solamente como complemento o actividad de segunda importancia. La verdad es que en los tres departamentos hubo una especie de conformismo y poco se ha incursionado en un campo que puede ser potencialmente bueno para emparejar con la minería y ser un emporio de trabajo y riqueza que consiga salir de la pobreza y parangonarse con los valles y los llanos en la generación de bienes que, unidos, sean la fortaleza de la economía nacional.

La Paz, por su condición de ser sede del gobierno, ha reducido sus actividades económico-financieras al ámbito político y, prácticamente, su producción ha sido rudimentaria, su aporte en el campo de la agricultura fue lo necesario y preciso y su aporte a la minería muy escaso; en ambas condiciones este departamento podría generar mucha producción tan sólo con las debidas inversiones y un tratamiento empresarial que los haga fuentes de trabajo para mucho personal con experiencia especialmente en el campo de la minería; luego, la agricultura, podría alcanzar una producción notable con el retorno de su población que emigró a la ciudad y otros centros poblados, con la inversión de capitales no solamente con maquinaria, herramientas, semillas y abonos sino especialmente con estudios y profesionalización de una juventud dispuesta a dar de sí tanto como haya superado su pobreza y el abandono en que viven sus padres y las condiciones del campo lo permiten. Ambas actividades – minería y agricultura – con las inversiones financieras, tecnológicas y humanas, pueden alcanzar importantes avances en la economía y, además, diversificar el valor agregado que corresponde con la debida industrialización. Lo importante es que tanto el gobierno como el sector privado decidan emprender labores y no seguir resignados a lo poco que consiguen y hay hasta contentos siendo dependientes de lo que otros departamentos le proveen y hasta de lo que se importa de países vecinos.

Siempre se ha sostenido: el país puede si quiere; esta es realidad que, de ser practicada, generaría muchas satisfacciones; pero, no esperar milagros o que el gobierno lo haga todo o, lo contrario, que éste esté atenido a lo que haga el sector privado. En todo caso, tiene que haber debida complementación de lo público con lo privado sin trabar políticas o conveniencias e intereses secundarios que sean baldón que impida una marcha segura y sostenida de todo lo que se planifique.

Es preciso, pues, que el gobierno, conjuntamente las prefecturas o gobernaciones de los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí, planifiquen el futuro inmediato , que estudien las posibilidades de cada uno, que contraten a estudiosos para realizar las investigaciones más precisas, que se pida a instituciones cooperación en diversas identificaciones de lo que es posible encarar y de lo que conjuntamente podrían realizar los tres departamentos y, mucho más, cada uno de ellos lo que podría llevar a cabo. Es tiempo de despertar a las múltiples posibilidades existentes en el país y mucho más en la región occidental que, prácticamente, está huérfana de proyectos e intenciones para salir del subdesarrollo sólo por falta de planificación, estudios e inversiones que, gobierno y otras instituciones podrían encarar con mucho éxito.

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