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Martes 24 de noviembre de 2020

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Editorial y opiniones

EDITORIAL

Comisión internacional para investigar la violencia

24 nov 2020

Por el bien de la reconciliación de los bolivianos más vale que sea una verdadera investigación imparcial, que se escuche a todas las partes, pero también que se analice de manera objetiva las pruebas documentales que quedaron en videos, difundidos por medios de comunicación y por las redes sociales

Llegó a Bolivia una comisión internacional para investigar la violencia que se generó en noviembre de 2019, cuando dimitió Evo Morales como presidente y se desató la violencia por las acusaciones de fraude electoral que el partido del exmandatario, Movimiento Al Socialismo, MAS, calificó como “golpe de Estado”.

Según los integrantes de la comisión, que vienen en representación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, pero se declararon independientes de ese organismo internacional, no dilucidarán si hubo un fraude electoral o si fue un golpe de Estado, sino que verán las incidencias de la violencia en esos días y observarán si hubo violaciones a los derechos humanos.

Algunos analistas y políticos observaron el hecho de que se tenga que llamar a una comisión internacional para revisar los acontecimientos de hace un año y no se pueda confiar en la justicia boliviana para que determine lo que ocurrió, además de las respectivas responsabilidades de autoridades y ciudadanos.

Por otra parte, los integrantes de la comisión interdisciplinar aseguraron que se centrarán en las víctimas de la violencia y priorizarán los casos más graves, pero en Bolivia quedará una Secretaría Permanente para que los ciudadanos que se hayan sentido afectados de alguna manera presenten sus denuncias.

Se supone que la comisión debe permanecer en el país seis meses o quizás se prolongue su estadía, sin embargo, también anunciaron que no se quedarán todo ese tiempo en el país, aunque es necesario que estén en el escenario de los hechos y accedan a toda la

información posible, puesto que los asambleístas afines al Gobierno actual aseguran que los fallecidos en Senkata y Sacaba son mártires y que fueron masacrados.

Pero recordemos que esos ciudadanos estaban a punto de dinamitar la planta de hidrocarburos de Senkata, lo que se hubiera traducido en una verdadera tragedia para miles de vecinos de El Alto, pues según un experto en Ingeniería Petrolera, la onda expansiva tendría un radio de 500 a 1.000 metros a la redonda, dañar inmuebles, quebrar vidrios y provocar daños a la población, efectivos militares evitaron ese extremo y ese hecho fue calificado

como masacre.

También recordemos que se difundieron videos de Sacaba, los ciudadanos de ese lugar se atacaron entre sí con armas de fuego y corrían gritando “ahora sí guerra civil”, pues las personas que inicialmente salieron a defender su posición del fraude electoral tenían temor a la reacción de los afines al presidente fugado.

El exministro de Justicia, Álvaro Coimbra, había observado a dos de los integrantes de la comisión, por supuestos vínculos con el kichnerismo, amigos y defensores de la gestión de Evo, pero ambos personeros defendieron su posición imparcial y aseguraron una investigación objetiva.

Por el bien de la reconciliación de los bolivianos más vale que sea una verdadera investigación imparcial, que se escuche a todas las partes, pero también que se analice de manera objetiva las pruebas documentales que quedaron en videos, difundidos por medios de comunicación y por las redes sociales.

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