Jueves 12 de noviembre de 2020

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Los que triunfan en las elecciones, al inicio de sus gestiones, las fáciles promesas de campaña frecuentemente se reafirman: resolver los problemas existentes, mejorar la economía, garantizar la vigencia de los derechos individuales, y combatir la corrupción.
En nuestro este caso fue repetitivo que el candidato presidencial –hoy presidente– recuerde la época de la bonanza producto del extraordinario alza de los precios internacionales de los productos que exporta Bolivia, en especial el gas. Pero esa buena época se acabó, se la desaprovechó y seguramente no volverá en mucho tiempo. Ahora los nuevos desafíos son realmente preocupantes, y no parece que, con slogans, se vayan a superar la crisis, especialmente la de la pandemia del coronavirus.
Persiste la idea de que se repetirán los años de gobierno del MAS. Sin embargo, hay señales de que la administración del presidente Luis Arce no será una mera continuación de los catorce años de Evo Morales. Si se toman en cuenta las declaraciones del nuevo mandatario, se advierte que hay algunas expresiones que marcan una mayor radicalidad: “El socialismo es el camino que tenemos los bolivianos para salir de la pobreza”. Y luego vaticina que en 15 años Bolivia seguirá los pasos de Cuba hacia el comunismo, como lo hizo Fidel Castro, que construyo el socialismo y lo consolidó. “Lo mismo va a ocurrir acá”, agregó.
Fuente: Por: Marcelo Ostria Trigo