Oruro festeja aniversario con promesas

Otro aniversario distinto se conmemora hoy en Oruro, ciudad fundada como la Muy Leal Villa de San Felipe de Austria, en 1606, ya que en la pasada gestión no se celebró debido a la crisis política que atravesaba entonces Bolivia, por el presunto fraude electoral que llevó a los ciudadanos a protestar en todas las capitales del país, desatando la crisis que culminó con la renuncia de Evo Morales como presidente del Estado y otras autoridades que abandonaron el gobierno junto con él.

Según el alcalde de Oruro, Saúl Aguilar, ahora tampoco estamos para festejos, por la pandemia del coronavirus, que azota a la población mundial y está presente en Oruro, habiéndose llevado más de 300 vidas y afectando a unos 6 mil orureños.

Oruro, comenzó a crecer durante el auge de los minerales, fue descubierta por españoles que llegaron al “nuevo mundo” en busca de riquezas, las hallaron en esta ciudad, que en sus comienzos fue un asiento de minas, pero al seguir llegando gente en busca de mejores días para sí y su familia, se decidió que cumplía los requisitos para convertirse en una villa, así que se pidió a la Real Audiencia de Charcas que se funde como tal.

Fue el oidor Manuel de Castro del Castillo y Padilla, quien llegó al asiento de minas para verificar los datos enviados por los pobladores a la Audiencia, comprobando que era apta para la fundación, por lo que hechos los preparativos, una mañana del 1 de noviembre de 1606 procedió a la misma, con el nombre de Muy Leal Villa de San Felipe de Austria, en honor al rey de España que tenía potestad en estas tierras.

Un hecho que marcó la historia de la ciudad de Oruro fue el alzamiento contra la Corona española el 10 de febrero de 1781, que culminó con la muerte de Sebastián Pagador, autor de la proclama que encendió la chispa del levantamiento. Años más tarde se volvió a hablar de liberarse del yugo español y el 6 de octubre de 1810 se produjo un nuevo levantamiento, por el que comenzó la guerra de los 15 años, que derivó finalmente en el grito libertario del 6 de agosto de 1825.

Cuando los minerales alcanzaron su auge, Oruro se convirtió en una ciudad cosmopolita, había gente que llegaba a habitarla desde diferentes lugares del mundo, para establecerse como ciudadanos orureños. Pero luego de la relocalización y cuando pasó el auge de las minas, esta noble urbe fue testigo del éxodo de sus hijos, y la llegada de gente nueva, la mayoría del área rural. Su condición de cosmopolita cambió y ahora sobrevive gracias al comercio informal, en parte por la actividad minera, y en un porcentaje menor por la agricultura y ganadería propias de esta tierra.

Bolivia le debe mucho a Oruro y sus hijos también, por eso es menester que las promesas hechas por el alcalde en ejercicio, Saúl Aguilar, sean cumplidas lo antes posible, ese será el mejor homenaje a esta alta tierra que, en justicia, se lo merece.