Minería y metalurgia necesitan tratamiento de terapia intensiva

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Como siempre sucede a fin de año, la actividad minera recupera “tiempo perdido” y los trabajadores, aprovechan los meses de cierre para mejorar sus promedios de rendimiento y elevar el monto del venidero aguinaldo de gestión, que resulta un proceso ya establecido, para beneficio social de los mineros al terminar un año laboral.

Por supuesto que la gestión que avanza en la parte final del año no es la más favorecida con un apoyo oportuno oficial, y encima la pandemia del coronavirus, completan un cuadro realmente dramático para la minería y la metalurgia nacional.

Todos los años, los trabajadores del sector minero estatal, están autorizados para ampliar sus actividades regulares, en pos de aumentar su rendimiento y anotar en su cuenta un promedio extra que mejore su aguinaldo oficial. Ese hecho permitía a las empresas mejorar los índices de rendimiento, aunque la presente gestión no será favorable debido a las contingencias reinantes.

Simplemente no hay disponibilidad de recursos para bajar los montos adeudados y permitir a las empresas cubrir por lo menos parte de sus obligaciones, pero además de utilizar un fondo de circulación de emergencia para evitar el colapso de la actividad minera, que como se observó no hace mucho, surgió de la “venta directa” de concentrados a empresas particulares, ante la inutilidad de entregar esa materia prima a la fundición de Vinto, que todavía no ha logrado establecer un presupuesto de “extrema necesidad” para pagar lo que debe y seguir comprando lo que necesita para su producción de estaño metálico.

ASUNTO GENERALIZADO

Tras la explicación del problema vigente “íntimamente” entre empresas mineras y la fundición de Oruro, hay una serie de problemas que complican la situación haciendo más compleja la búsqueda de soluciones a problemas de orden estructural, económicamente definidos en nivel de política financiera, como la reestructuración del gasto público, lo que debe hacerse con el tipo de cambio del dólar, establecer prioridades para la exportación de nuestras materias primas, incluyendo productos sustitutivos agro-ganaderos, que tienen alta demanda externa y que deben ser aprovechados coyunturalmente tomando en cuenta los índices de precios en mercados externos.

Hay un desafío a la capacidad, imaginación, experiencia, responsabilidad y desempeño profesional de los nuevos gobernantes a tiempo de iniciar en cuestión de pocos días más una gestión de gobierno sumamente compleja y que enfrentará de todos modos la caída del Producto Interno Bruto (PIB), tendrá que encontrar el modo de equilibrar los menores ingresos y además satisfacer la exigencia de mayores empleos, como prometieron los candidatos en sus plataformas de ofertas sociales.

Como se puede observar el asunto no es simple, la economía decrecerá 6,2% y habrá un déficit fiscal que estará por encima del 10%. En el tema del desempleo hasta julio pasado tenía un registro del 11,8%, atribuyéndose parte del problema a la vigencia de la pandemia que obligó al cierre material de ciertas empresas y limitó el desarrollo de otras, con lo que bajó drásticamente el comportamiento socio laboral, lastimando de manera directa a sectores como la minería, la construcción y un gran contingente del comercio formal e informal.

Lo que viene es complejo, pasada la crisis sanitaria, no se sabe cuándo, será necesario evitar problemas de insostenibilidad social, la atención de todo el esquema gubernamental deberá centrarse en atender los problemas de economía, la mayoría que provienen de 14 años pasados de despilfarro y casi uno más del último Gobierno de Transición, sin mayores opciones de encarar soluciones estructurales a la crisis reinante.

Frente al actual estado de la economía pública, el uso de nuestras materias primas no renovables es el tema importante, el caso de los hidrocarburos y el fortalecimiento de su producción, partiendo de un ahorro obligado en la estatal petrolera. En cuanto a la minería es importante actualizar la Ley Minera 535, en el sentido más práctico de ofrecer garantías para las inversiones privadas para los planes urgentes de exploración y explotación de yacimientos, partiendo además de una seria reestructuración de la Comibol, la estatal minera. Lo que preocupa es la disminución ostensible de la producción minera metalúrgica, como base del sostenimiento financiero en tiempo presente y futuro inmediato.

Lo importante, lo deseable y lo que debe cumplirse, es eliminar condiciones de incertidumbre, restablecer la estabilidad socio económica, anulando un entorno político polémico que sólo complicaría la capacidad de servicio del nuevo gobierno. Es evidente que en dos meses más del año, no podrá corregirse el desbarajuste administrativo, que quiérase o no, estará nuevamente bajo el control de un funcionario que ahora en calidad de Presidente, tiene doble responsabilidad en el destino de nuestro país. Debe enfrentarse el desequilibrio macroeconómico, la caída de precios de las materias primas, facilitar la inversión privada y evitar la crisis política.

Fuente: Agencias. Medios. PM.