37 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas de violencia

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Según datos registrados por Defensa de Niños Internacional (DNI) efectuando monitoreo a los medios de comunicación a nivel nacional, se pudo establecer que sólo en septiembre se tuvo la confirmación de 37 casos de violencia hacia niños, niñas y adolescentes, en el caso de Oruro se pudo contemplar cinco casos estando entre los cuatro departamentos con mayores casos de víctimas.

El monitoreo se cumple a través del proyecto “Rastreando las huellas de la violencia contra las Niñas, Niños y Adolescentes” que es financiado por el Fondo de Fortalecimiento de la Sociedad Civil (Fondosc). Mismo que consiste en efectuar un seguimiento a los medios de prensa digital del país para detectar casos de violencia en contra de los sectores vulnerables y a partir de ahí establecer políticas en favor de la niñez y adolescencia.

Del total de los casos de violencia registrados, Santa Cruz tiene la cifra más alta con 18 víctimas, Cochabamba con ocho, Oruro con cinco casos, La Paz con 3, Tarija, Pando y Chuquisaca con 1 y no registraron casos en este mes los departamentos de Beni y Potosí.

El informe también revela del tipo de violencia registrado en los casos detectados siendo el de violencia sexual el más recurrente (25 casos), lo sigue el de violencia física (nueve casos), abandono (un caso) y violencia digital (un caso). A nivel de Oruro durante el mes pasado los cinco casos registrados fueron tipificados como violencia sexual.

El reporte también da cuenta que en septiembre se registraron cuatro infanticidios (todos en Santa Cruz), además de dos casos de trata y tráfico (La Paz).

DNI establece en su informe que el ámbito familiar es donde se producen más casos de violencia hacia los niños, niñas y adolescentes, seguido de la calle y en tercer lugar el hogar de residencia.

Según las conclusiones del informe, la violencia hacia los menores aún tiene “rostro de mujer” y llama la atención que los mismos se presenten, en la mayoría de los casos, en el ámbito familiar siendo los agresores los propios progenitores y familiares vulnerando el derecho de los niños, niñas y adolescentes a contar con un ambiente seguro y libre de violencia.

Fuente: LA PATRIA