Loading...
Invitado


Miercoles 21 de octubre de 2020

Portada Principal
Editorial y opiniones

Borrón y cuenta nueva

21 oct 2020

Fuente: Por: Demetrio Reynolds (*)

Es la etapa que nos corresponde vivir. Una estratagema de escritorio para renovar números y cuentas. Pero ahora el economista debe aplicar a la realidad práctica de la vida. Es un cambio enorme el que se ha operado; pisamos otro escenario. Arce es un profesional que ostentaba en alto la reputación de eficiencia: ahora le ha tocado el turno de demostrar en un campo más amplio y más complejo.

Necesitamos en ese cargo un hábil político para gobernar y un excelente técnico para dirigir el esfuerzo hacia la solución de problemas. La votación que ha recibido significa, entre otras cosas, solidaridad y apoyo. Apoyo a la intención de solucionar los problemas que preocupan. Para una tarea tan grande, un hombre del mismo tamaño, he ahí la ecuación del desafío.

Durante las contingencias de la campaña Arce no se abandonó del todo, supo mantenerse en el fiel de la balanza, fue cauto, sereno y medido en sus palabras. No alcanzó a ser – buena cosa - el caudillo populista de fácil discurso para los aplausos.

Es pues un economista. Esa condición de hecho marca cierta distancia con la producción de la coca y sus derivados. No es al mismo tiempo jefe de partido, presidente de las federaciones y Mandatario. Es una gran ventaja para él y para el país. No se cruzan los papeles; mejor si lo tiene siempre a prudente distancia. Eso le dará independencia de acción y de criterio. Ya no hay el cocalero presidente. El salto cualitativo que se ha dado está a la vista.

Bolivia atraviesa por una situación muy delicada; un profesional nimbado de reputación encaja bien en ese cuadro; empero, la prueba de su consistencia práctica lo espera a la puerta. Cometería un gran error si se sintiese obligado a recoger la carga del pasado; tiene que avizorar el porvenir con otros ojos. Hay que desbrozar y construir un camino nuevo. Esta es sin duda una de las tareas más complicadas. Deseamos que tenga la suficiente entereza moral y carácter para deshacerse de cosas que le limitan o estorban su esfuerzo. Como presidente, no tiene cuentas particulares con nadie. El país es el que lo mira ahora. Llegada la hora, es a él a quien tiene que rendir cuentas.

Tiene un gran capital de apoyo en sus manos; no le debe eso a nadie; se lo dieron las urnas. El electorado nacional ha renovado su fe y esperanza. Sería una crueldad decepcionarlo. Se espera que el señor Arce sepa administrar con tino de estadista el aspecto político y social, sin concesiones que lo descalifiquen ni influencias que desvirtúen sus decisiones. El relacionamiento con la gente, gente propia de su partido y gente ajena de cualquier rubro profesional, medirá en los hechos su capacidad de gobernante.

Hay un gran espectro de cuestiones que atender, por supuesto. Pero ahora que estamos en el escenario de realidades concretas, la agenda urgente, a nuestro juicio, comprende tres temas: en economía, la gente quiere recuperar a plenitud sus fuentes de trabajo. El voto de la gente tuvo esa orientación. El peligro de la pandemia no ha pasado. Pero todos saben qué deben hacer para no enfermarse; si alguien voluntariamente se expone, que lo haga. Pero la realidad exige cuidarnos sin parar la economía.

La excesiva dependencia política de los servicios públicos es uno de los males graves que tenemos. Es necesario trabajar la independencia de poderes, ahí está la justicia como tarea pendiente. Luego, el presidente electo ha invocado varias veces el retorno a la democracia. (Aquí hay un pasado cuestionable, pero hemos propuesto volcar la hoja). La anomia social tiene mucho que ver con la democracia; es decir, con el respeto a la ley, con el cumplimiento de las normas. Para cinco años, esos tres temas desafiantes son por demás, sin dejar de lado las cartas y espadas.

(*) Es columnista

Fuente: Por: Demetrio Reynolds (*)
Para tus amigos: