Ahora nos espera una sindemia

Los abogados ostentamos la proclividad de investigar sobre las nuevas tendencias de las diferentes ciencias y sus postulados para poder incorporarlos a los diferentes ordenamientos jurídicos y, así, legislar e interpretar y que no surjan intersticios jurídicos.

Esta pandemia ha desvelado nuestra escasa preparación y relajamiento en relación a la investigación epidemiológica, sin establecer agravios comparativos con la noble actividad de la investigación en la medicina.

Ahora irrumpe un nuevo postulado sobre la continuación de esta desgarradora crisis sanitaria y se trata de una sindemia que se define como la confluencia de enfermedades y factores sociales, éstos, según los científicos médicos, agravan cada patología en un ámbito de emergencia sanitaria.

El término sindemia fue acuñado por el antropólogo médico Merrill Singer en los años 90 y rescatado por Richard Horton, médico y editor de The Lancet, en una editorial en la revista médica. Según este científico, la actual crisis sanitaria pasará de ser una pandemia a una sindemia.

Lo expresado se explica que una sindemia se refiere a cuando se agregan distintas enfermedades o condiciones de salud, y que dadas sus características biológicas interaccionan entre sí y con otras condiciones sociales, haciendo que el daño de cada una de ellas o de todas aumente o se exacerbe en ciertos grupos.

Este último párrafo es expresión autentica de una escuela de salud pública de una universidad, añadiendo que ya vivimos una sindemia porque están interactuando dos categorías de enfermedades que ahondan la gravedad de la situación social y sanitaria mundial.

Afirman los propugnadores de este postulado médico que el virus respiratorio Sars-CoV-2, que genera el Covid-19, y por otro, un grupo de patologías no contagiosas que complican la primera: hipertensión, obesidad, cáncer, diabetes, enfermedades respiratorias y cardiovasculares y la muerte por soledad.

La suma de estas enfermedades en el contexto de la desigualdad provoca el agravamiento de cada una de ellas por separado e implica subrayar su origen social, poniendo la lupa sobre la vulnerabilidad que sufren las personas ancianas, minorías étnicas y trabajadores esenciales, o expresado mejor, otra preocupación para los estratos más empobrecidos: los discriminados, olvidados y desposeídos.

(*) Es abogado, posgrados en Alta Gerencia para abogados (UCB-Harvard) Filosofía y Ciencia Política (CIDES-UMSA. MAESTRÍA), Interculturalidad y Educación Superior (UMSA). Arbitraje y Conciliación (Especialidad), Derecho Aeronáutico (Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico, del Espacio y de la Aviación Comercial, Madrid) doctor honoris causa en Humanidades (IWA-Cambridge University, USA)

Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)