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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 ¿Humanizar al ser humano, sinónimo de educar? - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Desde siempre se ha señalado como objetivo primordial de la educación la formación de la persona, del ciudadano, sin embargo, ¿en qué momento hemos desaviado esta brújula? y nos limitados a llenar de contenidos, que muchas veces no responden a las necesidades y demandas de la sociedad actual, lo que es peor no llena las expectativas de los y las estudiantes.
No es lo mismo persona instruida que educada, existen personas sin títulos académicos que irradian educación, que es hacer sentir bien al otro, pero también sentirse bien, y personas decoradas con muchos títulos académicos, pero que carecen de educación.
Es verdad que la primera escuela es la familia, el hogar, que los primeros profesores son los padres, sí, pero el sistema educativo debe continuar con esta tarea a través de los contenidos, que son medios para alcanzar objetivos superiores, entre ellos el más importante: FORMAR A LA PERSONA en valores, en principios, en actitudes positivas, con capacidad de análisis, de razonamiento, de reflexión y con toma de decisiones acertadas, así habremos contribuido a la construcción de la persona y por tanto a la construcción de una sociedad diferente a la que estamos viviendo.
La demanda no sólo es en nuestro país, sino en todo el mundo, pues los problemas son similares variando en los estándares, seguramente, además si no fuera una preocupación general la educación, ¿por qué existen pruebas internacionales que miden la calidad educativa? Mencionemos la PISA, LLECE, entre algunas. Estas pruebas a las cuales se someten muchos países, incluidos los latinoamericanos, estando ausente el nuestro, miden la calidad educativa, pero nos preguntamos ¿por qué algunos países que ocupan lugares privilegiados en los resultados tienen también los mismos problemas que nosotros? Realizamos esta afirmación, debido a que la pandemia por el Covid-19 ha mostrado una radiografía del comportamiento de sus ciudadanos frente a este problema de salud, ya que no sólo ha desmantelado la falta de políticas estructurales en salud, sino la actitud de los seres humanos frente al VALOR DE LA VIDA.
¿A qué obedece este comportamiento? Se han emitido normas para tomar precauciones y de esta manera evitar la propagación de la enfermedad, pero, en algunos contextos y grupos sociales “la vida continúa”, pero se han creado también mitos como que la enfermedad es un invento del capitalismo, de la derecha, de los sectores radicales de la izquierda, etc, siendo la base la intolerancia, la falta de valores, el no respeto a la normas, la carencia de principios, la otredad, etc.
Y, ¿qué tiene qué papel juega en este espectro la educación? Uno protagónico pero entendida ella no como la mera transmisión de información, parece que a mayor cantidad mejor educación, esto no es así. Sin embargo, la realidad es que nuestro sistema escolar prioriza los contenidos, antes que los aprendizajes.
Nos preocupamos de llenar unas planificaciones donde escribimos objetivos, metodología, contenidos, evaluación, etc., pero siempre centrados en la información.
Hemos sacralizado el “examen” como el único instrumento para la evaluación, por lo que fijamos fechas inamovibles, convirtiendo a aquel en un mito, en una solemnidad.
Estudiar y aprender para nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes es sinónimo de memorización, de repetición.
Hemos institucionalizado el “trabajo de investigación” en el mero pegado de páginas de internet, para luego “exponerlo”.
Los proyectos hemos convertido en una competencia tanto de docentes como de padres de familia, pues si en las exposiciones ellos están decorados, más aún si utilizamos la tecnología, banners, etc.; son los mejores trabajos.
Nuestra preocupación mayor es concluir el programa, no importa cómo ni para qué, por eso nos desesperamos, en especial, las autoridades de educación, en cumplir los “200 días hábiles”
Estamos posesionando los textos escolares, como las únicas vías para lograr aprendizajes eficaces, mejor si son de editoriales con gran márketin, de los mismos que tanto docentes como estudiantes están obligados a llenar todas las actividades que plantean. Cuando ellos deben simplemente facilitar el acceso a los estudiantes a la información, pero no reemplazar al docente ni facilitar su tarea.
A modo de anécdota sobre este último extremo, nos comentaron, con evidencia, que en un acto de Promoción de Bachilleres, la persona encargada de las palabras de agradecimiento dijo al empezar su discurso: “Agradecemos a Wikipedia”, Sus motivos habrá tenido.
Empero es innegable que el conocimiento está considerado como un recurso importante, como un capital para desarrollar las sociedades. Pero, en nombre de crecimiento del PIB no podemos reducir los sistemas educativos a la transmisión de conocimiento, este debe y tiene que desarrollar al ser humano, tanto en lo personal y moral, para ser libre a través del conocimiento y no presa de manipulaciones.
HUMANIZAR AL SER HUMANO, ese es el desafío para todos los sistemas educativos, hoy más que nunca es una demanda de urgente atención: RESCATE DE LA DIMENSIÓN HUMANA.
Es prioridad saber convivir en paz, en armonía con los demás, aceptar las diferencias, el pensamiento divergente, el diálogo, la negociación para resolver problemas, la responsabilidad con uno mismo y con los demás, el trabajo en equipo, la tolerancia, el respeto, la búsqueda de soluciones, son los valores que deben adquirirse y enseñarse en la formación de los estudiantes.
Por eso la educación es el más humano y humanizador de todas las tareas, de ahí que una máquina, como afirma el neurocientífico Francisco Mora, nunca reemplazará al profesor pues él, trasmite humanidad, ya que el destino de cada humano no es la cultura ni la misma sociedad, como institución, sino los semejantes el otro.
Entre los motivos que también nos han impulsado a escribir este texto es lo que hemos vivido como país en los meses de octubre y noviembre en el aspecto político, y por qué no decir, lo vivimos todavía, así como ahora la tragedia mundial que nos envuelve en el tema de salud, ya que estos acontecimientos han puesto al descubierto nuestro sistema educativo y la respuesta que ella da a las necesidades y desafíos de la sociedad, puesto que el mismo no debe responder a las necesidades e intereses de ningún gobierno de turno, ni de sus autoridades, sino a la demanda de la población.
Las actitudes de personas tanto de quienes cumplen circunstancialmente la función de autoridades, así como de los ciudadanos, es en algunos casos, el resultado de la falta de pensamiento crítico, de sensibilidad, de compromiso con el otro y con uno mismo, de responsabilidad social, de desprendimiento, de conciencia ciudadana y humana, hemos construido una sociedad muy individualista en la cual se ha acuñado el egoísmo, el “yo”, siempre “yo”, la ambición de poder por el simple poder, pero no por el servicio a los demás, no con la motivación de contribuir a la mejora de nuestro país, de nuestra comunidad, de nuestro barrio.
Seguimos pensando que el único parámetro que mide el desarrollo de los pueblos es el PIB, desconociendo que hoy se mide este desarrollo centrado en la satisfacción de los ciudadanos a través de la FNB (Felicidad Nacional Bruta) que tiene como primer pilar: CALIDAD EDUCATIVA, así como SALUD, EMPLEO, TRABAJO, si cumplimos estos parámetros seremos un país con ciudadanos más reflexivos, más críticos y con toma de decisiones muy bien pensadas, pero ante todo SATISFECHOS. Cuando hacemos referencia a salud, no estamos sólo refiriéndonos a la física, sino también a la emocional, que es sumamente importante.
¿Cómo respondemos a estos desafíos? Estructuralmente con una verdadera REVOLUCIÓN EDUCATIVA, pero este es un objetivo a largo plazo, en vista de que en las propuestas de quienes desean estar al mando del timón del Estado, no escuchamos una propuesta educativa, van más por lo económico, por lo tecnológico, por la producción que son pilares importantes, pero nada tiene sentido si no formamos, si no educamos a nuestra población para una mejor CALIDAD DE VIDA.
Entonces, como no podemos esperar una respuesta estructural, comencemos de abajo, como dice el pedagogo Franciscano Gutiérrez, poco a poco, somos nosotros desde donde estemos que debemos empezar con los cambios, para que luego, ojalá, se conviertan en políticas de estado, y no de los gobiernos de turno a su simple servicio.
Fuente: Por: Práxides Hidalgo Martínez
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