Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28
Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Mi muerte - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Hablo poco. Hablo poco y cada vez hablo menos. En primer lugar porque me distraigo y olvido el tema de las conversaciones y en segundo lugar porque las personas no esperan que les responda sino que las oiga, lo que es fácil si asientes de vez en cuando y dices
- Pues claro cuando me miran con las cejas levantadas a la espera de aprobación y aplauso. Me he hecho un especialista del
- Pues claro que sé pronunciar por lo menos en veintitrés tonos diferentes según el humor y el ímpetu (o la falta de él) del interlocutor, y si me preguntan con sorpresa
-¿Pues claro qué? tuerzo la boca en una sonrisa enigmática y sutilmente aprobadora para que el otro, tranquilizado, deshaga sus dudas, me dé en el hombro una palmada satisfecha, suelte con alivio
- Me di cuenta enseguida de que estabas de acuerdo conmigo y se lance a un relato sinuoso en cuya primera curva me pierdo, aunque vuelva a murmurar pensando quién sabe en qué
- Pues claro en los intervalos de silencio que de vez en cuando me abren, destinados a mi admiración y a mi aplauso.
Porque yo no puedo hablar (y no hablo) pero estoy de su parte, estoy siempre de su parte, y estoy de su parte por no haber escuchado nada y porque detesto argumentar, tener razón, opiniones, convicciones, motivos. Por eso me limito al
- Pues claro y al asentimiento mudo. Concentrado. Fruncido el ceño. Fraternal. Algunas veces sustituyo esta forma de aplauso por un suspiro que significa
- A mí me lo vas a decir o por el adverbio
- Exactamente que al contrario de lo que se pueda imaginar es el más vago, el más inocuo y estimulante de los comentarios, aquel que posibilita a mi compañero explorar diversas variantes de su tema, cotejarlas, elegirlas, rechazarlas, enfrentar unas con otras, valorar su densidad y su peso
- Exactamente que en general hago seguir de la frase
- Ya te digo que hasta ahora se ha revelado como un éxito seguro. Por eso no comprendo lo que ocurrió la semana pasada, cuando Pedro me telefoneó y quedamos en la cafetería de al lado de la casa. Yo pedí un té de limón y él pidió un café y comenzó a hablar. Eran las tres de la tarde, sólo había un señor mayor resolviendo crucigramas en una mesita cerca del escaparate y el camarero limpiando botellas detrás de la barra. No comprendo porque me comporté como de costumbre. Dije
-Pues claro asentí con la cabeza, esbocé la sonrisa enigmática, alentadora, murmuré en cuatro o cinco ocasiones
-Ya te digo suspiré solidario
-A mí me lo vas a decir Pedro me dio en el hombro una palmada satisfecha
-Me di cuenta enseguida de que estabas de acuerdo conmigo y aproveché para añadir, pensando en Ana, en el cuerpo de Ana, en los besos de Ana
-Si yo fuese tú haría lo mismo y no entiendo el motivo que lo llevó a sacar el revolver y a pegarme dos tiros en el pecho.
Me preocupa sobre todo que Ana se quede sola con los niños por tener a su marido en la cárcel. Me preocupa también no poder visitarla por estar aquí en el hospital conectado a este aparato sin poder levantarme. Es poco probable que vuelva a verla: el médico ha accedido a esperar a que mi hermana menor llegue del Fundao para despedirse de mí antes de desconectar el aparato.
Fuente: Antonio Lobo Antunes
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.