Llegó el esperado debate

Después de enfrentamientos callejeros, destrozos en las diferentes casas de campaña, violencia por doquier, insultos de ida y de vuelta, descalificaciones, en resumen guerra sucia, ahora llega el tan esperado debate, la ciudadanía está esperando escuchar las propuestas para cada región, para el desarrollo del país y sacarlo de la pobreza, del atraso y de la ignorancia.

Mediante esta misma columna tocamos el tema de que el país necesita propuestas y no descalificaciones, insultos o violencia, no tiene sentido y no llevará al país a ningún lado que no sea el caos, el odio y el subdesarrollo.

Seis candidatos confirmaron su presencia en el gran debate, Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana, CC; Jorge Tuto Quiroga de la alianza Libre 21; Fernando Camacho de la alianza Creemos; Feliciano Mamani de Pan-Bol; María Bayá de Acción Democrática Nacionalista, ADN y Chi Hyun Chung de Frente Para la Victoria, FPV, además se informó que recientemente el candidato del Movimiento Al Socialismo, MAS, Luís Arce Catacora habría aceptado participar en el debate.

Lo mejor para la ciudadanía boliviana es que el debate se mantenga en el marco del mayor respeto, que se escuchen unos a otros, que no sólo se escuchen para contestarle a su contrincante sino que lo hagan conscientemente, y si no están de acuerdo con alguna posición, refuten esos argumentos con fundamentos sólidos.

Lo que necesita Bolivia ahora es tener autoridades inteligentes, no solamente preparadas en el ámbito académico, sino en el área emocional, que sepan defender su posición con altura, con fundamentos, habiendo estudiado y vivenciado ciertas situaciones, por ejemplo, qué puede aportar un candidato que vive en su propio reino, en su palacio, que no haya compartido con el pueblo, que no haya usado el transporte público, o comido en un mercado alguna vez, que no haya conversado con la gente humilde para conocer en su real dimensión sus necesidades y saber si podrá ayudar a resolverlas.

Bolivia necesita paz, reconciliación, unidad, necesita subirse a la senda del progreso, potenciar su industria, dejar de exportar sólo materia prima, vender productos con valor agregado, mejorar su sistema de salud y su sistema educativo, es menester que sobre todo se dé prioridad a la educación, porque de lo que se haga en el presente, dependerá el futuro que tendrá el país.

Lo dicho, llegó el gran día, el tan esperado debate, ojalá que no sea un campo de batalla, de insultos y descalificaciones, pero tampoco se espera escuchar palabras vacías y sin sentido, no se quiere más promesas sin fundamento que a la larga no se cumplirán y quedarán sólo en bonitas ideas que ilusionen a la ciudadanía en vano.