Viernes 25 de septiembre de 2020
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Sea quien sea el elegido para gobernar el país en la próxima gestión seguramente la pasará bastante mal, pues la corrupción, el despilfarro, las malas costumbres económicas y los elefantes blancos van a pasarle factura al siguiente gobierno, como ocurrió en la Argentina post Carlos Menem, cuya bonanza económica fue sólo una pantalla y al sucesor de éste, Fernando de la Rúa, le tocó hacer un corralito para que no hubiese fuga de capitales y resultó peor el remedio que la enfermedad.
Al siguiente gobierno de Bolivia le espera tapar no sólo algunos huecos en la economía, sino verdaderos agujeros negros, puesto que el Gobierno del Movimiento Al Socialismo, MAS, dejó al país muy endeudado y entregó obras que a la fecha no sirven o están demasiado deterioradas, mal ubicadas o deficitarias, algunas que debían ser una fuente de ingreso y de trabajo para el país, se convirtieron en empresas quebradas, por ejemplo.
El analista financiero, Jaime Dunn, además habló de las falencias que se desnudan en el actual Gobierno de Jeanine Áñez, y señaló que están repitiendo lo que hizo el MAS y es por eso que la calificadora de riesgo Moody’s, la caída de la economía boliviana se debe a que se impulsó “la inversión pública aprovechando los precios de las materias primas, sin embargo, cuando éstos bajaron, generaron un déficit fiscal importante”.