Ante este panorama, sólo queda ser tolerantes y mantener al máximo las medidas de bioseguridad aconsejadas por los médicos y expertos científicos a través de la Organización Mundial de la Salud, OMS, para evitar que nuevamente la curva de contagios apunte para arriba
Así es, estamos hablando del coronavirus, que atemorizó a la población mundial por la letalidad de la enfermedad y lo rápido de su expansión, pues es un virus sumamente contagioso y es difícil contener su avance, además las personas con enfermedades de base son quienes la pasan peor y algunas llegan a morir.
Las mermas en la economía de las familias, y el hecho de que los gobernantes no hayan encontrado una solución para ese dilema de los bolivianos, hicieron que las medidas de confinamiento vayan relajándose cada vez más, y en la actualidad prácticamente no existe cuarentena.
No podemos vivir eternamente en cuarentena, es cierto, pero tampoco podemos relajarnos tanto y pretender que el virus ya no está, porque es en ese momento en que los contagios volverán y los indicadores estadísticos se dispararán nuevamente, pudiendo ocasionar otra vez un colapso en el sistema de salud.
Por ahora persisten ciertas restricciones en los horarios de salida y no se autorizó la realización de fiestas, la apertura de discotecas y todo lo referente a la vida nocturna, que puede significar aglomeración de gente y por ende la proliferación del virus.
Y ahora, al menos en la ciudad de La Paz se flexibilizan ciertas medidas en el transporte público, como los PumaKatari que abandonan las rutas de emergencia y retomarán sus rutas habituales. Por otra parte, se autoriza a los minis, carrys y otros a que lleven a un pasajero más del número de personas que podían subirse a uno de esos vehículos.
Asimismo, al parecer el último grito de la moda son los mamelucos, que supuestamente son de bioseguridad, pero si no están confeccionados con la tela adecuada, según los expertos, esas prendas pueden aumentar el riesgo de contagio en lugar de evitarlo, si no se tiene cuidado al quitárselos.
Además, las anunciadas vacunas, de un lado y del otro del mundo, aún no llegan a muchos países, porque en unos casos no ha sido probada su efectividad, en otros, no se autorizó su comercialización, así que de momento se descartaría esa posibilidad de conseguirlas para comenzar a protegerse mediante dichos medicamentos.
Después de la polémica por la fecha de las elecciones que derivó en un bloqueo feroz de caminos, que atentó contra la vida de los ciudadanos bolivianos, sobre todo de quienes padecían el Covid-19, se decidió levantar la cuarentena, aún quedaban restricciones para salir los fines de semana y los horarios para quedarse en casa se limitaron a la noche y parte de la madrugada. Algunos médicos consideraron precipitada y apresurada esa decisión, pero la economía estaba tan disminuida que no había otra salida.
Pero los gobernantes no actuaron con eficiencia, pues en lugar de levantar las medidas de confinamiento podían haber adoptado otras determinaciones en el ámbito estrictamente económico, como devolver parte de los aportes de los trabajadores, ahora desempleados, para repuntar su economía y la del país, pero ese es tema de otra columna.
Ante este panorama, sólo queda ser tolerantes y mantener al máximo las medidas de bioseguridad aconsejadas por los médicos y expertos científicos a través de la Organización Mundial de la Salud, OMS, para evitar que nuevamente la curva de contagios apunte para arriba.
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