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Miercoles 16 de septiembre de 2020

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Editorial y opiniones

EDITORIAL

Aún sin políticas medioambientales

16 sep 2020

Pese a todo lo antes expuesto, las autoridades, de gobiernos anteriores y del actual no tienen políticas medioambientales, y si las tienen no las dan a conocer, por lo que debemos apelar nuevamente a la consciencia de los gobernantes para que diseñen políticas para hacer cualquier solución sustentable en el tiempo

Una noticia publicada ayer por los medios de comunicación da cuenta de la muerte de millones de peces en el río Pilcomayo, del lado argentino, a causa del cierre de compuertas en un embalse y la sequía reinante en la zona. Esa tragedia recuerda a la vivida en el lago Poopó a finales del año 2014, cuando unos 30 millones de peces muertos alfombraron la orilla del humedal.

En aquella ocasión, ante las denuncias presentadas por los pescadores del lago, se propusieron varias soluciones de largo alcance, ya que luego de ese hallazgo dantesco se secó el lago al punto de casi convertirse en un salar, por lo que se plantearon alternativas para que no vuelva a ocurrir aquello.

Asimismo se hizo recuerdo a las autoridades de turno, que el Poopó es un sitio ramsar, es decir, que debe ser protegido y preservado por la importancia que tiene para el planeta. También existió un fondo monetario para enfrentar ese tipo de tragedias, mediante el proyecto denominado Programa Cuenca Poopó, dinero que fue destinado para otros rubros y actividades, por lo que no cumplió el objetivo para el cual fue creado.

Se propuso invertir en recolectores de humedad, que la transforman en agua limpia, como los atrapa nieblas de Chile, que hicieron posible el cultivo de plantas y frutas en pleno desierto de Atacama o la torre atrapa lluvias, bautizada como warka water que construyeron en el desierto de Etiopía, con asombrosos resultados, y permitió a los ciudadanos etíopes poder disfrutar de agua limpia y potable, tanto para limpieza como para el consumo humano.

Otra propuesta, según estudios científicos, consistía en arborizar las zonas aledañas al lago, para que los árboles generen lluvias y por ende humedad, de esa manera salvar el lago en tiempos de sequía, creando un microclima agradable.

Al parecer todas esas propuestas cayeron en saco roto y no se concretó ninguna de esas ideas. No obstante, no todo está perdido ni es negativo, puesto que al comienzo de la pandemia del Covid-19, cuando se ordenó guardar estricta cuarentena, el lago lo agradeció, porque se le dio un respiro a la naturaleza y el humedal se llenó de peces, volvió la vida, inclusive se hablaba de que el espejo de agua había crecido y se había limpiado.

Ese es un ejemplo de que los humanos destruimos las maravillas creadas por Dios, en lugar de construir y cuidar el legado que tenemos, como es la naturaleza, debemos hacer que no se necesite una cuarentena para dar un descanso a nuestra naturaleza y que ella nos prodigue con sus frutos, como ciudadanos debemos tomar conciencia, evitar la contaminación de nuestros humedales.

Otro tanto pasaba por el oriente de nuestro país, pues un voraz incendio afectó a miles de hectáreas de bosque en el pantanal, además hay sequías y otros desastres que pueden ser evitables si tomamos un poco de conciencia y no contaminamos el ambiente.

Pese a todo lo antes expuesto, las autoridades, de gobiernos anteriores y del actual no tienen políticas medioambientales, y si las tienen no las dan a conocer, por lo que debemos apelar nuevamente a la consciencia de los gobernantes para que diseñen políticas para hacer cualquier solución sustentable en el tiempo.

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