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Comunidad y sociedad deben complementarse para superar esta pertinaz pandemia - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Viernes 04 de septiembre de 2020

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Editorial y opiniones

Comunidad y sociedad deben complementarse para superar esta pertinaz pandemia

04 sep 2020

Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)

Existe una diferencia entre las denotaciones comunidad y sociedad; ésta, en sentido lato o amplio designa una formación social o relación estable de mujeres y hombres para un determinado fin; aquélla es la unión de la vida y de destino como es la familia y la nación que emana de la naturaleza o propiamente resulta de la unidad de sentimientos y, por lo tanto, vincula íntimamente a los individuos entre sí.

Obsérvese que los conceptos vitales de comunidad, sentimiento e íntimamente, se distancian ampliamente con el concepto de sociedad que, en su sentido estricto, es la asociación fundada en el modo predominante y en los cálculos racionales dirigidos hacia un fin particular determinado y cuyos miembros pueden permanecer, por lo usual, internamente extraños unos a otros.

También obsérvese que en las sociedades los conceptos predominante, racional y extraño, fijan la diferencia con comunidad. Otra distinción, en una situación devastadora como la actual pandemia, cuyos muertos se aproximan o ya superan a los caídos en la segunda guerra mundial, es que, en la comunidad, aplicando un lenguaje perspicuo, se piensa más en la unidad de sentimientos y de amor; en la sociedad asume relieve predominante la estructura jurídica y estatutaria, es decir la organización gélida y vertical.

Reflexionando profundamente hasta este punto de la columna, racionalizaremos y elegiremos la prevalencia de los sentimientos y del amor que tienen su sustrato en las virtudes y los valores para superar la pandemia debido a este cúmulo de sentimientos hace fluir espontáneamente en mujeres y hombres la solidaridad que es un poderoso detente ante el caos de desesperación y recargado agotamiento que genera una pandemia; imperturbable en su inacabable, hasta ahora, cortejo fúnebre en todo mundo. La solidaridad sin retaceos y limitaciones ralentiza y acaba los contagios generando esperanza para la recuperación de la vida normal.

Por ello se debería rechazar la oposición rígida entre la comunidad basada exclusivamente en la voluntad de ser, y la sociedad cimentada también de manera exclusiva en la voluntad de elegir, aplicando el sentido que la comunidad se origina en las fuerzas estrictamente sentimentales que es nuestro sustrato y se abstrae de la razón y de la voluntad.

En la época del individualismo, con la comprensión de los valores intrínsecos de la vida en comunidad, se encogió el contenido significativo del vocablo sociedad y el anhelo por una auténtica comunidad nuevamente despierta eligió dicho nombre para la imagen de su deseo.

La pandemia fue originada por la negligencia de la humanidad en no cuidar diligentemente a la Naturaleza, es decir, por los que deciden por la mayoría en el mundo, y sobrepuja a todos a una reflexión que Dios como Creador del mundo nos ha enviado para nuestro bien y, parece, que más de la mitad de la humanidad ha reflexionado, aun sin superar la pandemia, lo que estima ser un pronóstico de un mundo mejor.

Con estas circunstancias se unió frecuentemente una aversión al orden jurídico, como si hiciera peligrar los vínculos más íntimos, sin embargo, los preceptos jurídicos que nos enlazan en códigos son de hecho indispensables, siempre que un número muy considerable de mujeres y hombres deba reunirse para la acción común y estable como trasunto a un fin ampliamente solidario. Y solidaridad es la cohesión interna e integridad de un grupo con respecto a los elementos unificadores que lo mantiene unido y, en esta pandemia, un elemento es la continua ayuda y desvelo por el prójimo, acción que se hará reciproca para quien la hace.

No es el Derecho, sino la estricta e inhumana interpretación del mismo que compromete a la verdadera comunidad.

(*) Es abogado, posgrados en Filosofía y Ciencia Política (Maestría, CIDES-UMSA), Alta Gerencia para abogados (UCB-Harvard), Interculturalidad y Educación Superior (UMSA), Docencia en Educación Superior (Diplomado Superior, Univ. Loyola), Derecho Aeronáutico (Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico, del Espacio y de la Aviación Comercial, Madrid), Arbitraje y Conciliación (Especialidad), doctor honoris causa en Humanidades (IWA-Cambridge University, USA)

Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)
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