Los municipios de todo el país están obligados a elaborar con urgencia una ley municipal de transporte que se adecúe a los usos, costumbres, necesidades y requerimientos de su población civil, este instrumento que casi con seguridad contendrá similares disposiciones en cada departamento o municipio, sólo tendrá variantes específicas en el caso de las rutas, distancias y tarifas que serán impuestas, pues el resto de la normativa será de iguales regulaciones en todos los distritos.
De momento el Gobierno Municipal paceño resulta el primero en plantear un proyecto de Ley Municipal de Transporte que en su borrador original contiene 17 artículos que son claramente definidos como reguladores de la actividad diaria de conductores de todo tipo de motorizados en las ciudades, pero de manera especial señalando deberes y obligaciones en el transporte público e inclusive en la conducta de los peatones.
Para elaborar la Ley Municipal de Transporte se ha tenido que establecer algunos parámetros del comportamiento de los conductores de motorizados, la vigencia de algunas reglas para el transporte público y la costumbre de tráfico de los peatones, estos últimos grandes transgresores de las más elementales normas de vialidad.
En la mayoría de países vecinos y otros del área sudamericana, sólo para no hacer comparaciones con otros más organizados, existen regulaciones para transportistas como para viandantes, quienes infrinjan esas normas son pasibles de sanciones pecuniarias, de arresto y hasta de castigos de servicio comunitario.
Sólo en las ciudades de nuestro país todos hacen lo que quieren, los chóferes y los pasajeros, los transeúntes y los comerciantes, es decir que existe una total indisciplina ciudadana que es parte de la cotidianidad en un ambiente de caos y anarquía.
El proyecto de la ley municipal de transporte, cuya aprobación propugna el Concejo Municipal paceño contiene varias disposiciones que están insertas en el reglamento de Tránsito, en lo que corresponde a chóferes, pero incluye varias disposiciones que tienen que ver concretamente con el desordenado actuar de los peatones, advirtiéndoseles que una vez en vigencia la Ley existirán funcionarios de control que harán cumplir las disposiciones y podrán aplicar sanciones directas a los ciudadanos indisciplinados.
Todo parece dirigirse a establecer de una vez una normativa que por fuerza de su aplicación eduque y discipline a los protagonistas de la actividad diaria en las calles de las ciudades.
No todo será sencillo, pues la mala educación ciudadana está arraigada en la conducta de las personas, ese aspecto tiene que revertirse paulatinamente y el objetivo se alcanzará con intensas campañas de concienciación, pero al mismo tiempo con la aplicación de sanciones a partir del respeto a la autoridad y a las disposiciones que sean establecidas.
Hay mucho por hacer en legislación ciudadana y bastante por promover entre los actores de esta pieza práctica de teatro que se desarrolla en el gran escenario público de las calles, donde todavía son muy pocos los que asumen el verdadero rol de ciudadanos educados y disciplinados. Había que comenzar en algún momento la difícil tarea de ordenar las ciudades, eliminando el caos que ocasionan los malos ciudadanos. Este debe ser el momento apropiado.
Fuente: La Patria
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