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Viernes 14 de agosto de 2020

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Perspectiva Minera

La minería sin inversión es un negocio de segura frustración

14 ago 2020

Fuente: Agencia Uru, Medios. PM

* Si no hay inversión la minería no funciona * Faltan medidas operativas en el Gobierno

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Mucho tiempo transcurre en el país, bajo condiciones poco apropiadas para definir políticas de verdadero emprendimiento productivo, priorizando sectores que constituyen estratégicamente, la seguridad futura del sostenimiento de la economía nacional, son precisamente los recursos naturales no renovables como hidrocarburos y especialmente el gas, además de los minerales en toda su variedad.

Las autoridades de los ministerios de finanzas y de producción, saben que es urgente replantear programas de reforzamiento en materia de exploración por ejemplo de más fuentes gasíferas o en el otro caso fortalecer los presupuestos para prospección y exploración de nuevos yacimientos mineros. En ambos casos se trata de asegurar la obtención de recursos naturales para su venta a importadores externos, pero lo concreto sería mejorando las actuales condiciones, según los expertos, activando el rubro metalúrgico para otorgar valor agregado a nuestros concentrados, mejorando su valor exportable.

Naturalmente deben cumplirse varios pasos, algunos muy complejos, pero no imposible de implementarlos, especialmente si se define una renovada política minera, que asegure la renovación de yacimientos, empezando por la prospección y exploración de estos, su preparación y explotación, para bajar la intensidad en el agotamiento de las minas tradicionales, que seguirán siendo una especie de “reserva estratégica”, en tanto la nueva minería ponga en venta su nueva producción, inclusive procesada metalúrgicamente y con el deseado “valor agregado”, que mejora calidad y precio.

Los entendidos en la materia visualizan un futuro estrictamente ligado a la explotación de los recursos naturales, reconociendo indudablemente la declinación que existe en la producción de hidrocarburos, especialmente gas y las condiciones menos favorables para activar nuevos pozos que nos permitan seguir exportando el energético a los mercados ya conocidos y posiblemente abrir otros interesados de la región. El asunto depende de muchas condiciones y un buen prepuesto de operaciones.

En el caso de la minería, el asunto atraviesa desde hace tiempo por una situación muy restrictiva, debido precisamente a la falta de inversiones para encarar nuevos emprendimientos. No hay condiciones favorables para tentar a inversionistas nacionales, mucho menos internacionales. Algunos interesados en disponer capitales para la minería nacional, han expuesto sus condiciones, remarcando la falta de garantías y seguridad jurídica para las inversiones. Criticaron hechos que se han producido en contra de la propiedad privada de manera violenta y lamentablemente sin soluciones del Estado.

Sobre ese delicado tema, está pendiente de tratamiento el reglamento de la Ley 535 de minería, promulgada el 2014 y seis años en que ninguna autoridad ha puesto atención en ese instrumento legal, para dar seguridad y agilidad a nuevos emprendimientos mineros, que entrando en competencia con países vecinos, podrían estar disputando millonarios presupuestos que permitan el crecimiento de operaciones mineras y de economías nacionales, como sucede con el Perú, Chile y Argentina, donde las inversiones millonarias en minería son “cosa de rutina productiva”.

Sin errores

Desde hace tiempo atrás se insiste de “dientes para afuera”, en impulsar la minería boliviana y se pone en tapete de muestra los proyectos del hierro y el litio que el pasado gobierno los calificó como “mega proyectos mineros”, por tratarse en un caso de la explotación del litio en el salar de Uyuni en Potosí, donde se han hecho fuertes inversiones en la instalación de “plantas de prueba” para lograr un proyecto de explotación con sello nacional, de la reserva de litio, lo que todavía no se ha dado, y se ha desbaratado un convenio con una firma alemana, que no duró ni un año, y ahora se porfía en el uso de recursos del Estado y en participación de empresas chinas, para alcanzar el objetivo de industrializar las baterías de ión litio.

Otra parte de la gran reserva del litio boliviano está en el salar de Coipasa en el departamento de Oruro, donde también se han invertido algunos miles de $us, para las investigaciones de la materia `prima de este salar y fomentar la producción masiva de abonos y detergentes de alto requerimiento en mercados internacionales. Se espera que no sea otro error en la proyección de explotar gran parte de la reserva mundial de litio.

Tampoco marcha el proyecto del hierro en el oriente boliviano a cargo de otra empresa china, que no quiso enseñar su proyecto a diseño final y por lo mismo, hay controversia con la Empresa Siderúrgica del Mutún, (ESM) que ya va en su tercer experimento de producción, revelándose algunas contradicciones en la fase del cumplimiento de normas.

Hay que aclarar (una vez más) que estos proyectos del litio y del hierro, de orden evidentemente minero, no pueden ni deben absorber, ni un mínimo porcentaje de los recursos que exige la minería productiva regular. Se trata de exigir partidas definidas para los proyectos de prospección, exploración y explotación de nuevos yacimientos mineros en el país.

La minería de avanzada debe ser planificada profesionalmente, de modo que con renovación tecnológica se pongan en marcha nuevos emprendimientos, en condiciones de operabilidad que garantice rentabilidad y cumplimiento de metas para alentar el salto hacia la industrialización minera.

Se recuerda el lamentable error político, considerado un “horror” sin precedente en materia social, cuando en el mina de Huanuni, de menos de mil trabajadores, se incrementó su planilla a cinco mil asalariados, algo inaudito que sigue pesando en la economía minera nacional. Errores de semejante magnitud, no deben repetirse nunca más, en criterio profesional.

El desafió del tiempo presente en materia minera es reestructurar su sistema administrativo encomendando esa tarea a una equipo profesional que pueda delinear y ejecutar una verdadera política de reactivación minera, pero con el adecuado apoyo financiero oficial, la aprobación de disposiciones que permitan tentar inversiones, asegurando garantías y seguridad jurídica, para competir de manera abierta con la gran minería vecina.

Fuente: Agencia Uru, Medios. PM
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