¡Cuidado! No apuros ni precipitaciones

Kung Tse (Confucio) decía: “No es apropiado dejarse arrastrar por los nervios que son corriente de un río caudaloso”, seguramente refiriéndose a lo que “señores” y políticos de su tiempo vivían apurados, empujados por urgencias y temores que los precipitaba a situaciones no pensadas y hasta no queridas, esto es, más o menos, lo que nos ocurre a todos en tiempos del virus que no deja espacios para la calma ni el reposo, para el pensar claro y sereno, para el análisis y menos para examinar posibles consecuencias: Este proceder o “modus operandi” es propio de los que teniendo mucho tiempo no lo tienen para pensar ni examinar lo que vayan a decir o hacer y se precipitan por cuestas que, a veces, conducen a los barrancos del yerro y el equívoco que, según las circunstancias, no siempre dejan el dulce del acierto y las conveniencias del momento.

Las elecciones se realizarán el l8 de octubre, salvo imponderables que pudiesen presentarse, especialmente con el curso que tenga la pandemia que es fruto del virus que causa tantos casos y muertes en el mundo. Las elecciones, necesarias y urgentes, podrían posponerse una vez más si el mal se agrava y se corre el riesgo de ocasionar más contagios y muertes que determinarían la conducta de preferir siempre la salud y vida de la población antes que cualquier conveniencia partidista o de grupos o personas.

No se puede estar al vaivén y conveniencia de candidatos, sus partidos o grupos que los propician; ellos, en todo caso, dependen del pueblo que votará y si tiene que hacerlo en condiciones en que corre peligro su vida, no asistirán a los centros de votación. No caben, pues, caprichos y conveniencias cuando el pueblo corre peligros y partidos y candidatos, si están seguros del apoyo de posibles votantes, nada deben temer y seguir con sus campañas, alejados de la guerra sucia y añadiendo puntos buenos a sus programas e intenciones y corrigiendo lo que podría ser desagradable al pueblo; pero, especialmente, abandonando poses de egolatría y soberbia que, en casos, resta mucho a muchos.

El TSE puede hacer mucho con serenidad, tino y prudencia, sin precipitaciones ni apuros (como perseguido por policías) sino conservando la equidad y ecuanimidad necesarias y no dando señales de preferencias o apoyos a algún candidato que, por sí mismos deben mostrar al pueblo tan sólo dejando de lado la creencia de ser únicos e irremplazables.

Fuente: Por: Armando Mariaca V.