Ante el anuncio del gobierno boliviano, que entró en vigencia a partir del 3 de agosto la clausura del año escolar para el Subsistema de Educación Regular de los niveles inicial, primario y secundario de la educación fiscal, privada y de convenio, sustentando que el Estado no logra garantizar el acceso a la educación virtual especialmente en el área rural, y como una medida de precaución ante la pandemia que continúa azotando con contagios y decesos. No se dejó esperar la expresión de satisfacción y alivio para algunos, pero para muchos, preocupación y disconformidad considerando una ruptura al proceso de aprendizaje y que se avizora una gran crisis educativa.
Las representaciones de maestros urbano y rural, rechazan esta medida que no fue consensuada y califican de irresponsabilidad rotunda del gobierno al no buscar otras alternativas ante la crisis educativa que vive el país actualmente. Rechazaron las acusaciones del gobierno de promover conflictos y que el compromiso de vocación del magisterio se materializará en la atención a los estudiantes pese a la clausura.
La Asociación Nacional de Colegios Privados de Bolivia (Andecop) se declaró en emergencia, ante la crisis económica de no poder cubrir gastos administrativos ni salarios de los docentes y que aún tienen que llegar a un acuerdo con los profesores y padres de familia respecto a las mensualidades, “Rechazan cualquier atentado a la Constitución Política del Estado, que en su Art. 13, habla sobre los derechos fundamentales de las personas y que cualquier disposición que afecte estaría en contra de la misma”.
Representaciones de las organizaciones de los padres de familia expresan su preocupación por la decisión extrema y repentina de clausurar el año escolar y las consecuencias negativas en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Posterior a este anuncio, el ministro de Educación y Culturas, Lic. Víctor Hugo Cárdenas, generó aún más confusión y desacierto sobre la continuidad o no de las labores educativas, indicando que sólo se clausuró la gestión académica y administrativa y que se prosigue con la educación virtual y a distancia. La Resolución Ministerial 0050/2020 no especifica ninguna modalidad de clases que sustenten la misma y mientras se espere su reglamentación, las Unidades Educativas aún continúan con las clases virtuales y a distancia, otras suspendieron inmediatamente, algunos estudiantes y padres de familia dieron por concluidas sus actividades escolares.
La interrupción repentina tendría serias consecuencias con el riesgo de paralizar el aprendizaje que aún con dificultades tecnológicas y esfuerzo por parte de los maestros, padres de familia y estudiantes se venía impartiendo una educación virtual y a distancia extremando posibilidades pero con diferentes realidades: los que tenían el acceso y posibilidades y la otra de pobreza en familias aún más golpeadas por esta pandemia, quedando excluidos al no contar con ordenadores, celulares, menos dinero para conectarse vía internet.
Ante esta realidad y mientras se espera la reglamentación específica de la clausura escolar, es necesario como padres de familia actuar con urgencia para no perder el ritmo de aprendizaje de nuestros niños y adolescentes buscando alternativas de continuidad: la familia es clave para transmitir tranquilidad, seguridad, desarrollar afectividad e interacción: apoyar el juego, a través de él conseguir la interacción y exploración que requieren para su desarrollo y aprendizaje en esta etapa de su vida, fomentar sus talentos.
Priorizar contenidos esenciales enmarcados en los contenidos curriculares, del material que se estaba empleando, empezar a ser tutores “crear normativas dentro la casa” asignar horarios, responsabilidades de aprendizaje “autodidacta”, considerando que la gran mayoría de padres de familia salen de sus hogares a trabajar y buscar el sustento de vida, pero es ahora donde más nos necesitan y debemos organizar nuestros espacios para seleccionar páginas de YouTube, tutoriales, actividades productivas referentes a los contenidos acordes a su grado, que llegando a casa se pueda hacer seguimiento y hasta preguntas acerca de lo aprendido. Los padres de familia se convierten ahora en los maestros de sus hijos, es un reto para coadyuvar y no detener la educación. Pero muchos hogares no podrán asumir esta realidad al no tener las condiciones, ni padres de familia que puedan apoyar este proceso porque no cuentan con una preparación necesaria.
La ONU en Bolivia exhortó al Estado boliviano a revisar esta decisión y extremar los esfuerzos para la continuidad de la educación en condiciones de igualdad y que la educación es un derecho fundamental. Las autoridades deben poner sus buenos oficios, y plantear políticas claras de acercamiento y coordinación necesaria con representaciones involucradas en el área educativa.
Fuente: Por: Sandra Zambrana Delgado
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