Salud bloqueada

La intransigencia de algunos sectores de la sociedad, afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), pone en riesgo a la ciudadanía, por una parte, porque se reúnen para protestar, en plena época de pandemia por el coronavirus, y por otra, porque realizan bloqueos por los que no pueden pasar ni siquiera ambulancias o vehículos que transportan insumos médicos esenciales, como el oxígeno.

Las protestas y bloqueos se realizan con la exigencia de que se realicen sí o sí las elecciones en septiembre como se había planeado inicialmente, cuando se decidió la postergación del plebiscito pensado para el mes de marzo, debido a la llegada a Bolivia de la pandemia del Covid-19.

Los expertos en salud aseguran que el pico de los contagios será aproximadamente entre septiembre, octubre y quizás noviembre de este año, por lo que es posible pensar en una nueva fecha para realizar las justas electorales. Pero, los analistas creen que eso sería contraproducente para el país, en primer lugar porque el gobierno transitorio no tiene la legitimidad ni el respaldo para continuar haciendo frente a la difícil situación que le está tocando vivir al país, y en segundo lugar, existe el peligro de una convulsión por la tozudez y los apetitos personales de algunos actores políticos, quienes arrogándose la voluntad popular, sin medir las consecuencias, están desesperados por la realización de unos comicios, de los que se consideran vencedores.

La decisión es difícil, porque ese escenario nuevamente pone al país en una encrucijada, en la que se debe elegir entre la salud o el voto. De no darse un nuevo cambio en la fecha de la votación, la tarea del Gobierno será garantizar que se respeten las medidas de bioseguridad y el distanciamiento social requerido para no expandir más el virus letal.

Los gobernantes deberán instalar una mesa de diálogo ahora. Pero ambas partes deben saber ceder o buscar la mediación de una entidad con credibilidad y respeto, para que se llegue a un acuerdo que evite que se siga poniendo en peligro la salud de la ciudadanía.

El bloqueo de caminos, además de ser ilegal, es una de las medidas más crueles que se le puede infligir a la ciudadanía, pues no permite llegar insumos médicos, alimentos y sobre todo salud, pues hay gente que ha llegado a morir en los puntos de bloqueo por falta de atención médica o por no poder llegar a un nosocomio donde podían ser atendidos de mejor manera.

Ambas partes en conflicto deben ponerse la mano al pecho y aunar esfuerzos para frenar el coronavirus, en lugar de continuar enfrentados arrastrando a la población a mayores contagios y a algunos inclusive a una muerte segura. Mientras más pronto se unan para enfrentar la pandemia, con mayor rapidez se podrá superar esta difícil situación que enluta a muchas familias bolivianas y que trae dolor, desesperación y depresión.