Lunes 13 de julio de 2020
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“De todo corazón te doy las gracias por todo lo que hiciste, haces y harás por mi. Te agradezco porque fuiste, eres y serás una parte de mi vida”, una expresión significativa de una nieta a su abuelo que no puede pasar por alto porque demuestra como las personas comprendidas entre los 80 y los 90 años de edad, tienen en sus descendientes de tercera generación, el halagador consuelo que les permite descansar y aliviarse de la pena que ocasiona el no poder salir de casa.
Entonces, está visto que un brote infectocontagioso que tiene aislado a este sector octogenario, no es impedimento para que el entorno familiar le sea más afectivo.
Ese sentimiento de cariño inconmensurable, hace que el adulto mayor apacigüe el ánimo, especialmente en estas horas donde nos empeñamos en salvarnos de un peligro apremiante.
Felizmente aquí en Oruro se mantiene la buena voluntad de seguir en la contienda hasta vencer a un maleficio que junta vicios y enfermedades que originan gran mortalidad.
Se desarrolla una contraofensiva estratégica para disminuir un contrasentido ajeno a la conservación de una buena salud.
Fuente: Por: Guillermo Moscoso Bermúdez