El Covid-19 le dio ¿un respiro al planeta?

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Si bien la pandemia que azota al mundo dio una pausa obligada a diferentes actividades del hombre, muchas de ellas asociadas con la destrucción del medioambiente, esto no fue del todo un respiro para la Madre Tierra, ya que los procesos de recuperación son bastante lentos y surgió un nuevo ámbito de contaminación desde las casas y con el uso de los implementos de bioseguridad.

Fueron algunos de los conceptos vertidos en el taller virtual sobre el Covid-19 y su impacto en el medioambiente, que tuvo como expositor a Juan Carlos Montoya Choque y Jhasel A. Montoya, mismo que se realizó este miércoles a través de la plataforma digital Webinar y que estuvo organizado en coordinación con la Universidad Técnica de Oruro (UTO) a través de la Facultad de Agronomía.

ANÁLISIS

En la exposición indicó que este mal tuvo efectos diversos, positivos y negativos en varios sectores, por ejemplo la pandemia afectó seriamente al comercio de hidrocarburos, o actividades menores como carpinteros, albañiles, artistas, entre otros, pero que a su vez ámbitos como las telecomunicaciones, farmacéutica, el sector financiero y algunos comercios fueron ampliamente beneficiados.

Montoya explicó que uno de los efectos positivos que se vio al principio fue la pausa que se dio a la escalada de destrucción del medio ambiente y el incremento de los efectos del cambio climático.

Se puso como ejemplo la reducción de más de 300 por ciento en la emisión de gases nocivos el pasado 23 de junio (vísperas de San Juan), a su vez la aparición de fauna y flora marítima en algunos sectores, mejora de la capa de ozono y la presencia de algunos animales donde antes era habitada casi de forma exclusiva por el hombre.

Pero, estos eventos en favor del medio ambiente contrastaron con otro tipo de contaminación, esta vez desde los domicilios donde las personas se resguardaron del mal, pero a su vez incrementaron la producción de desechos domiciliarios.

Además de la contaminación ambiental por los productos abocados a las medidas de bioseguridad (barbijos, lentes, guantes entre otros), acumulación de bolsas y productos desechables, la desinfección masiva de domicilios, espacios públicos y otros que podrían derivar en la contaminación de ríos y lagos cercanos.

Otro factor de importancia fue que el ser vivo nuevamente volcó su mirada a la naturaleza para protegerse y mejorar sus defensas, las plantas medicinales tienen una alta demanda, al igual que los alimentos orgánicos, pero también el incremento de costos en los productos farmacéuticos.

Algunos problemas medioambientales, como la contaminación minera, los trabajos de mitigación de la Chiquitanía, o el Lago Poopó fueron dejados de lado.

Los expositores propusieron cuatro puntos de acción en los que se deben concentrar las autoridades en estos tiempos, la investigación como punto estratégico, ya sea en el campo de la farmacéutica, el medioambiente, la medicina natural, equipos tecnológicos, condiciones de vida externa, entre otros.

Proyectos de inversión integral en medioambiente salud y seguridad alimentaria, comunicación referida a la prevención contención de la pandemia y dejar de lado la publicidad de gestión de las autoridades.

Uno de los puntos fundamentales es la institucionalización de las entidades públicas para contar con profesionales capacitados en diferentes áreas.

Fuente: LA PATRIA