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Domingo 05 de julio de 2020

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Editorial y opiniones

Café de mujeres de altura

05 jul 2020

Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)

Con un título casi similar hace dos años atrás escribí una columna sobre este paradigmático emprendimiento; hoy, transcurrido un tiempo prudente se constata que la visión empresarial de estas notables mujeres campesinas no tiene límite en lo bueno y lo lícito pues solo basta comprobar que la calidad del café que expenden, después de exigentes métodos de tratamiento se erige, sin chauvinismos fútiles, como un café de calidad mundial y la prueba es que un alto porcentaje de la producción se exporta. Este café de altura boliviano se comercializa en Alemania y otros países europeos, con un valor agregado singular: procesado enteramente por mujeres.

Hoy nos enaltece que otro emprendimiento dirigido por una mujer reciba los elogios con fundamento trasuntados en la calificación de 90% sobre 100% de calidad para el café de altura que produce. Conmueve cuando se compra este café comprobar la inequívoca altísima calidad y la presentación que reúne los mejores estándares de conservación en el mundo.

El emprendimiento anterior del café de mujer nació a través de la visión de cooperación financiera alemana posibilitando que un grupo de mujeres vean realizado su sueño de producir en toda su etapa café de altura, de eximia calidad en la región de Palos Blancos, en Los Yungas de La Paz.

Es incontrastable que la mujer cuando inicia un emprendimiento, con las vicisitudes y dificultades naturales sobrevinientes, siempre lo concluye con éxito; además de poseer una intrínseca habilidad y destreza para formarse en el conocimiento profundo del producto, y cuando domina la técnica, generosamente transfiere sus conocimientos a sus congéneres.

El proceso, después de una sólida formación de raigambre práctica, desde la siembra, cosecha, selección, trillado y envase del café, similar a una línea de montaje que inicio Henry Ford, se desarrolla con sus bebés en las espaldas, que no impide que cumplan su intervención en cada paso, al cual introducen un apreciado valor agregado que es su máximo cuidado, diligencia y prolijidad en la supervisión, logrando de esa forma que cada escaño del proceso sea perfecto.

Ellas conocen los más inextricables matices de la naturaleza y el sabor de los granos seleccionándolos amorosamente y los encasillan en las tres variedades de café que producen. Huelen y prueban con paciencia jacobina, exaltando los sentidos del olfato y el gusto y registran por escrito las cualidades percibidas y descubiertas en los granos. Después de aprender el tostado del café, se transforman en expertas catadoras con exultante habilidad para el trillado y el envase, el mismo que ahora dispone de un cómodo y funcional cierre para su conservación, impidiendo el ingreso de oxigeno cuando se lo guarda después de un consumo.

Estas maravillosas mujeres y madres, que han impregnado delicadamente el café con su esencia, aroma y perfume de mujer, no solamente realizan este emprendimiento económico lícito, sino que son conspicuas devotas del cuidado y de la educación de sus hijos, preservando la unidad familiar.

Estas mujeres, madres y esposas, hoy involucradas profundamente por su conocimiento técnico en la producción de uno de los mejores sabores de café de altura, que disfruta de una constante y ascendente demanda de Europa y EE.UU., han descubierto la forma de estimular sus vidas, auto valorándose por su laboriosidad, capacidad de percepción de las técnicas modernas de producción de café, según normas internacionales y, por su creatividad, que mejora la calidad de sus vidas y repercute en el futuro en sus pequeños vástagos, que hoy desde bebés, ya inhalan los aromas deliciosos del café de mujer que sus madres producen.

Entre sí, estas exitosas empresarias se han comunicado por el lenguaje del sentimiento, ausente de la fonética y la escritura, reafirmando que, cuando se encuentran amigas y vecinas que comparten la fortaleza que deviene del trabajo, y que de su pobreza encontrarán la bonanza compartida, se regocijan con el crecimiento común del emprendimiento, alentándose las unas a las otras para obtener mejor calidad en sus sabores de café, aportando sensibilidad, conocimiento y dedicación plenas para asumir retos de producción mayores, y saben, con certeza, que están en buena compañía.

(*) Es abogado corporativo, postgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Filosofía y Ciencia Política (CIDES-UMSA, maestrn) Alta Gerencia para abogados (UCB-Harvard), Docencia en Educación Superior (Maestría, Loyola), Derecho Aeronáutico (Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico, del Espacio y de la Aviación Comercial, Madrid) Arbitraje y Conciliación (UMSA), doctor honoris causa con tesis aprobada IWA-Cambridge University; USA)

Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)
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