Loading...
Invitado


Domingo 05 de julio de 2020

Portada Principal
Editorial y opiniones

EDITORIAL

No más botaderos de basura

05 jul 2020

Lo que debía existir, como en las grandes capitales del mundo, son plantas procesadoras de basura, donde se reciclen los desechos sólidos, sean separados y se aproveche lo que puede ser transformado, como los desechos orgánicos que pueden convertirse en compost o abono, convirtiéndose en un elemento útil y beneficioso para la naturaleza en lugar de ser un foco de contaminación

Los vecinos de K’ara K’ara, Cochabamba, reclaman que se cierre el botadero municipal de Cochabamba, porque aseguran que es un foco de infección para ellos y destrozaron parte de los camiones compactadores, volcaron una camioneta y una vagoneta, en señal de protesta, para que se cumpla su exigencia.

En el botadero de Alpacoma, La Paz, hace unos meses ocurrió algo similar, pues los vecinos también protestaban por el peligro en que se convirtió el mismo, cuando hubo un deslizamiento y los desechos llegaron a los ríos, contaminándolos.

En Oruro, además de estar llegando al tope de su capacidad, muchas voces se alzaron contra el “relleno sanitario” de Huajara, porque está muy cerca del aeropuerto internacional “Juan Mendoza” y existen urbanizaciones a tan solo unos pasos del mismo, convirtiéndose en un verdadero problema para los vecinos del sector y para la misma ciudad.

Existieron intentos por darle más vida útil al botadero, cuando ya debía haber sido trasladado a la zona de Cochiraya, pero el proyecto quedó en nada.

Los expertos aseguran que ya no es viable que existan botaderos en las ciudades, ya que las zonas aledañas van poblándose de a poco y los vecinos quedan cada vez más cerca a estos gigantescos focos de infección y contaminación.

Lo que debía existir, como en las grandes capitales del mundo, son plantas procesadoras de basura, donde se reciclen los desechos sólidos, sean separados y se aproveche lo que puede ser transformado, como los desechos orgánicos que pueden convertirse en compost o abono, convirtiéndose en un elemento útil y beneficioso para la naturaleza en lugar de ser un foco de contaminación.

Por otra parte, los vecinos deberían aprender a reciclar la basura y separarla en contenedores de diferente color, según el tipo de desechos que se tenga en casa, para facilitar la labor de quienes retiran la basura de los diferentes domicilios y a fin de preservar su salud, lo que no ocurre en la actualidad.

En 2017 existió un proyecto para Oruro, de una planta procesadora de basura que debía construirse con un crédito de la Corporación Andina de Fomento, CAF, debía costar unos 33.941.411 bolivianos, y el financiamiento debía quedar a cargo del gobierno central en el 50 por ciento, el 40 por ciento del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO) y el 10 por ciento del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gad-Oru), lo cual, hasta la fecha no se hizo efectivo.

A la fecha no se sabe en qué quedó el proyecto, con el cambio de autoridades quizás quede trunco, por bastante tiempo más.

El hecho es que cuando se vio que las cuarentenas debido a la presencia del coronavirus, dieron un respiro a nuestro planeta, se pensó que el botadero municipal también gozaría de un descanso, pero la basura continúa llegando al mismo sitio, con la diferencia de que ahora abundan los barbijos y guantes de látex, desechables que la gente usa como medida de bioseguridad para evitar contagiarse con el peligroso virus.

Lo único que queda es apelar a la buena voluntad de las autoridades de turno, para que se ocupen del tema y una vez que se pueda realizar el cambio de las mismas, los nuevos gobernantes le den continuidad a los proyectos de remediación ambiental.

Para tus amigos: