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Miercoles 01 de julio de 2020

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Editorial y opiniones

EDITORIAL

Rebajar o no rebajar las pensiones

01 jul 2020

El diálogo y la comprensión, es la única salida a este problema, en el que los más perjudicados, en caso de persistir, son los estudiantes, más aún, cuando vivimos en una era tan competitiva, donde la la educación juega un papel primordial

Es un hecho que la emergencia sanitaria que se vive en el mundo por el Covid-19 ha repercutido de la manera más dura e imprevista en la economía de los diferentes países que soportan la pandemia, provocada por el virus que tiene en vilo al mundo entero.

Mientras se busca la vacuna, se lanzan acusaciones unos contra otros sobre si fue un ataque de bioterrorismo o no, y en tanto sigan los contagios por miles en las diferentes sociedades, seguiremos guardando cuarentena, llámese dinámica, pactada, rígida o encapsulamiento. El hecho de tener que encerrarnos en nuestros domicilios y no poder salir libremente como lo hacíamos hasta hace unos meses, deprimió gravemente las economías familiares.

Es en ese escenario, en que los padres de familia, de colegios privados, viendo que sus hijos no pasan clases de manera normal, en la modalidad presencial, y suponiendo que en los colegios probablemente se ahorre en las facturas de agua, luz y otros, solicitaron una rebaja en el monto de las pensiones, de un 50 por ciento.

Ante dicha propuesta, los directores y administrativos de diferentes colegios particulares comenzaron la pulseta con los padres de familia para no rebajar el monto que se paga mensualmente por concepto de pensiones, alegando que tienen obligaciones que cancelar, como los sueldos y salarios, uso de equipos, que realizan quienes asisten a las oficinas para cumplir con ciertos trámites, en periodos de menor restricción, vigilancia y otros.

La cuestión del pago de pensiones se convirtió en muchos casos en un círculo vicioso, pues si los padres no cumplen con esa obligación hacia el colegio, los maestros no recibirán sus salarios, pero existen docentes que son progenitores de alguien, por lo que tampoco podrán pagarlas y así sucesivamente.

La lógica de los administradores y directores de colegios particulares es que se está cumpliendo con la enseñanza a los alumnos, en la modalidad virtual, por lo que los padres deben cumplir su obligación contractual, como estipulan los contratos que firmaron a principio de año.

Lo cierto es que nadie había previsto la situación dificultosa que viven las sociedades del mundo, más la boliviana, y agarró a todos, como se dice en términos populares, en curva, por lo tanto se deben buscar soluciones.

Desde el Ministerio de Educación ya se instruyó la rebaja de un 6 a un 28 por ciento en las pensiones, porcentaje rechazado por los padres de familia que insisten en el 50 por ciento planteado por ellos. Algunos colegios alegaron que es imposible bajar más dicho porcentaje, caso contrario la economía del establecimiento colapsaría y tendría que cerrarse. Por su lado, algunos padres pidieron el traslado de sus hijos al sistema fiscal y otros aseguran que ni asumiendo esa medida podrán cumplir con algún pago para que sus vástagos sigan estudiando.

Para quienes no puedan cumplir esas obligaciones económicas, el Ministerio de Educación debe proponer una solución, algunas ya se avizoraron, como las clases mediante la televisión, la radio o vía internet. Los padres proponen que se vuelva a la modalidad presencial, en ese caso tendría que ser bajo estrictas medidas de bioseguridad; y otra solución sería que los estudiantes puedan acceder a fuentes de educación no tradicional, a través de videos, de libros, es decir, tendrían que convertirse en autodidactas.

El diálogo y la comprensión, es la única salida a este problema, en el que los más perjudicados, en caso de persistir, son los estudiantes, más aún, cuando vivimos en una era tan competitiva, donde la educación juega un papel primordial.

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