Cuando las autoridades superiores confunden defensa patriótica de nuestros intereses con extremada soberbia gubernamental, se pone en riesgo una serie de factores que pueden afectar nuestras relaciones con muchos países que, de uno u otro modo, comparten con nosotros nuestras inquietudes y nuestros anhelos de permanente desarrollo en un proceso que está sujeto a grandes controversias que de manera general alteran criterios y conceptos, pero que de ningún modo deberían amenazar los vínculos de amistad y solidaridad.
Lamentablemente, sucede que algunas reacciones con clara intencionalidad política colocan a nuestro país bajo la lupa de la diplomacia internacional donde observando circunstancias ajenas a la voluntad popular, que al darse realmente motivarían justificadas reacciones entre quienes afecten nuestra independencia, soberanía o nuestra democracia.
La diplomacia boliviana está trabajando, por los datos que se conocen, en lograr la mayor cantidad de apoyo de países amigos que impulsen nuestra causa marítima, con miras a la Cumbre de las Américas que se cumplirá en la ciudad de Cochabamba y donde realmente podremos aquilatar la solidaridad que se requiere para que nuestra causa marítima logre sus objetivos.
No hace muchos días que, a nivel de emisarios bolivianos y norteamericanos, se logró avanzar otro paso hacia el restablecimiento de relaciones con el país del Norte, empero alguna inoportuna declaración puso en riesgo una larga y pesada gestión de acercamiento que interesa a nuestro país y su economía, especialmente en el rubro de las exportaciones.
Por lo que se observa diariamente, la lucha contra el narcotráfico es una de las más duras y largas que libran varios países de la región, observándose que es muy difícil pretender encarar esa tarea por cuenta propia y sin ningún apoyo. No es sólo Bolivia que recibe ayuda externa, son muchos los países que están en la misma alternativa que nosotros con el objetivo de reducir el tráfico de drogas y su fabricación en el mismo territorio.
Internamente se comprueba la existencia de problemas en lo que corresponde al reconocimiento de los cocales autorizados y los ilegales, de la cantidad de coca para el acullico y la excedentaria que tiene un peligroso destino, aparte por supuesto de la intensa tarea de erradicación del narcotráfico que permite grandes decomisos de coca y de drogas y sin embargo todavía hay mucho por hacer para liquidar esa acción ilícita que compromete a nuestra nación.
Dadas esas circunstancias, sólo dos consideradas importantes, el caso de nuestra demanda marítima y nuestra situación frente al narcotráfico, con sus variantes de coca y droga, nos lleva a entender que como país necesitamos con urgencia fortalecer nuestras relaciones internacionales absolutamente con todos los países, con los más amigos, con los estratégicamente colaboradores, con los vecinos, con aquellos que a regañadientes tratan de mostrarnos su colaboración y con los otros que manejan la diplomacia como elemento clave para sostener sus vínculos simplemente como parte de las políticas externas, que tienen beneficios recíprocos pero más importantes para nosotros que para aquellos.
Las actuales circunstancias nos muestran que es mejor incrementar nuestras alianzas estratégicas con todos los países de la comunidad internacional porque más vale sumar amigos y no restarlos. Las buenas relaciones son signo de buenas políticas en materia de diplomacia internacional.
Fuente: La Patria
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