Viernes 26 de junio de 2020

ver hoy











¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
Quién creyera, pero se da el caso que la contaminación más perjudicial en la actividad minera, es la política. Sindicatos que han sido copados por un partido oficialista, comprometiendo apoyo de las bases para ciertos dirigentes y candidatos, con retribuciones especiales que cambiaron el sentido propio de la acción sindical, por otra partidaria, militante y obsecuente favoreciendo con servicios especiales a contados dirigentes que llegaron hasta los curules parlamentarios, logrando importantes ingresos personales que en ningún caso fueron compartidos al interior de los organismos laborales y mucho menos en instancias personales.
Cooperativistas mineros, aprovecharon coyunturalmente las opciones políticas y arrancaron del Ejecutivo algunas medidas para salvar instancias incluso de tipo legal, luego de envolver a muchos trabajadores en situaciones de extrema violencia, como una ocurrida en enfrentamientos que acabaron con la vida de una autoridad ejecutiva.
Otras situaciones en las que aparecen los dirigentes mineros comprometidos políticamente, son parte de sobornos institucionales, con dineros del Estado para la construcción de sedes sociales, hoteles y cines para “los trabajadores mineros”, una mayoría que apenas conocen esas dependencias que no les sirven para nada y que incluso no pueden administrarse adecuadamente para obtener beneficios por una línea de correcta producción de utilidades.