Debido a la propagación de la enfermedad del Coronavirus (Covid-19) a nivel global y en Bolivia, ante esta situación el gobierno nacional han adoptado medidas preventivas y de seguridad a través de la Declaratoria de Emergencia Sanitaria Nacional y la cuarentena rígida con el propósito de precautelar la salud del pueblo boliviano, principalmente de los sectores sociales más vulnerables como son los niños, niñas, adolescentes, personas de mayores de 60 años y personas con enfermedades de base, en tal sentido, las labores educativas en los centros públicos y privados del sistema nacional están suspendidas desde el 12 de marzo del presente, hasta la fecha no se sabe con exactitud cuándo se reiniciarán las clases presenciales, en consecuencia los más perjudicados son los estudiantes de la educación pública, toda vez que el reinicio de las labores educativas está sujeto a las recomendaciones de los expertos y a profesionales del sector salud y una vez que el país supere el Covid-19.
Recientemente, el Ministerio de Educación lanza el Decreto Supremo Nº 4260 referido a la reglamentación virtual, que no tuvo concertación ni consenso con los principales actores educativos como son los maestros rurales y urbanos del país, pero además no resuelve los problemas emergentes en la educación boliviana, ni mucho menos resuelve los problemas relacionados con la educación virtual, dicha norma sólo legaliza la complementariedad de las modalidades de atención presencial, a distancia, virtual y semipresencial en los Subsistemas de Educación Regular, Educación Alternativa y Especial, y Educación Superior de Formación profesional del Sistema Educativo Plurinacional, también establece definiciones terminológicas teórico-conceptuales, entre otras cosas. Dando énfasis en la educación virtual, pero para la implementación de la educación virtual en el país, no estamos preparados, ni las condiciones están dadas, principalmente en el área rural y lugares alejados.
Según D.S. Nº 4260 el Ministerio de Educación deja al libre albedrío (libertad) de las instituciones educativas, al señalar que aquellos centros que quieren desarrollar educación virtual pueden crear plataformas, estableciendo algunos requisitos mínimos: arquitectura, el entorno virtual (servidores, software, TIC), área de información, planificación educativa, comunicación y otros, pero esto implica efectuar ciertos gastos económicos (inversión en educación) y las instituciones educativas tienen limitaciones en invertir recursos económicos para crear plataformas y/o aulas virtuales, pero hubiese sido ideal que el gobierno central apoyara con presupuesto adicional para cumplir con los objetivos, sin embrago, el gobierno central pretende deslindarse de las responsabilidades financieras dejando a la responsabilidad de los padres de familia y estudiantes y que en un tiempo muy próximo generaría una brecha digital y desigualdades en el sistema educativo.
Ante esta realidad, las instituciones educativas que no tienen posibilidades para desarrollar la educación virtual, principalmente en zonas rurales y lugares remotos donde no se tiene acceso a internet, herramientas tecnológicas y las condiciones económicas son limitantes, es necesario optar por otras modalidades de educación como ser semipresencial, presencial y a distancia, que permitan a todos los estudiantes tener acceso a la educación con iguales oportunidades sin exclusión, para lo cual las autoridades del Distrito Educativo y de los colegios juntamente con la participación de los actores educativos tendrán que definir y elegir la modalidad de atención pertinente para dar continuidad a las labores educativas y de esta manera no causar perjuicios a los estudiantes en su formación académica.
Por otra parte, desde el gobierno central y Ministerio de Educación se tiene que encarar políticas educativas serias de corto, mediano y largo plazo, primero hay que resolver los problemas de conectividad, cobertura y mejorar el acceso a los servicios de internet (mala señal) en el área rural y lugares de difícil acceso, promover la conexión gratuita a Internet, para estudiantes y profesores, implementar programas de dotación de ordenadores portátiles (computadoras) y/o tablets, instalación de red wifi gratuito en los establecimientos educativos del área rural y urbana, programas de capacitación para docentes, en el uso de las plataformas virtuales y recursos TICs, entre otros, para desarrollar una verdadera educación virtual con igualdad de oportunidades sin exclusión ni discriminación en todos los subsistemas, niveles y modalidades de educación.
El Ministerio de Educación, Direcciones Departamentales, Direcciones Distritales y Direcciones de Unidades Educativas, deberían diseñar y elaborar los Planes Integrales de Contingencia Educativa a nivel nacional, departamental, distrital y/o municipal y de Unidad Educativa con la participación activa de los actores educativos (maestros, estudiantes, padres de familia), organizaciones sociales y sindicales involucrados en el quehacer educativo, para adoptar un conjunto de medidas que tengan el propósito de prevenir, abordar y mitigar las problemáticas emergentes en el sector de educación, es decir, encarar una serie de procedimientos operativos para ser desarrollados por los profesores, estudiantes, padres de familia y otros, y dar continuidad a las actividades educativas y a los procesos técnico pedagógicos.
Los gobiernos municipales tienen que garantizar la infraestructura educativa (aulas, laboratorios, talleres y otros) en buenas condiciones, servicios básicos (agua potable) y deben efectuar tareas de desinfección. También garantizar en cada uno de los establecimientos educativos colocación de tanques de agua para el lavado de las manos tanto para estudiantes como para maestros, es más, dotar de los insumos básicos de bioseguridad para estudiantes y profesores (barbijos, alcohol en gel, lavandina, jabón líquido, gafas, guantes de goma y otros) para reiniciar las labores educativas de manera semipresencial y presencial.
Conformar Equipos Técnicos Pedagógicos y/o Comisiones Técnico Pedagógicas a nivel nacional, departamental, distrital y de centros educativos con la participación activa de los maestros con el propósito de elaborar un currículo emergente que implicará selección, reajuste y/o reorganización de los contenidos curriculares (dosificación de contenidos) respondiendo a los intereses y necesidades de los estudiantes de acuerdo a los niveles, grados y modalidades, dicho de otro modo, trabajar con la priorización de los contenidos curriculares esenciales en cada una de las áreas de saberes y conocimientos de acuerdo a los programas de estudio vigente.
En conclusión podemos señalar que para desarrollar la educación virtual en el país, existen dificultades, problemas y limitaciones en el acceso a internet, dispositivos móviles y la gran mayoría de las familias cuentan con escasos recursos económicos, de ahí la necesidad de tomar en cuenta otras modalidades de educación (semipresencial, presencial y a distancia) para reiniciar las labores educativas en el país y no siempre empecinarnos en la aplicación de la educación virtual, más bien considerarlo como un apoyo y complemento para desarrollar otras modalidades de atención y de esta forma enriquecer los procesos de aprendizaje-enseñanza de acuerdo a las particularidades geográficas, sociales y educativas de cada contexto y/o región donde se encuentran los centros educativos.
(*) Es Director Distrital de Educación de Totora
Fuente: Por Juan Alfredo Chuquichambi Colque (*)
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