Unidad y concordia, factores de desarrollo

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Normalmente y cuando no existen ataques extraños a la vida de las naciones y ante las menores diferencias o discrepancias, se pide que la unidad y concordia deban ser norma de vida de los pueblos. Muchas veces, se toma conciencia de esta realidad; pero, por causas de nacionalismos exagerados, complejos regionales o criterios ideológicos, no se toman en cuenta recomendaciones que pueden servir al desarrollo y progreso de las naciones. Pero, ante el drama que se vive, en el mundo y en el país, corresponde reiterar el pedido de que se conserve la serenidad y el sentido de país mediante la unidad y la concordia puesto que las diferencias en ámbitos de crisis, acrecientan la división e imposibilitan la concordia.

Para nosotros, los bolivianos, siempre la demanda de unión y concordia ha sido premisa a cumplirse aún bajo la resistencia de entidades departamentales o sentimientos regionalistas que, añadidos a determinados complejos, han imposibilitado que esas virtudes sean realidad y, en casos, se han acentuado en perjuicio de la nación.

El asentamiento del coronavirus en la vida del ser humano, ha resultado ser un grave problema, irresoluto de momento para quienes estamos inmersos en él porque, por esfuerzos que se desplieguen a nivel de la ciencia, las vacunas que eviten nuevos contagios están en tren de experimentación y, los posibles remedios tardarán en encontrarse; esto querría decir que el problema es para rato; pero, partiendo del principio: "a una crisis puede imponerse otra", habría que pensar que la voluntad y coraje humanos son capaces de vencer cualesquiera dificultades y esa es la esperanza que, en este tiempo se acrecentó en la humanidad que, además, está convencida de que toda crisis es un desafío para probar hasta qué punto el hombre puede vencer sus propias falencias y salir airoso.

Cuesta mucho aceptar y soportar los desafíos que implica la cuarentena; pero, virtudes de paciencia y constancia pueden ser buenos impulsos para salir de la sima en que cayó el hombre por causa y acción de su soberbia y no haber compatibilizado sus intereses y conveniencias con la naturaleza.

Fuente: Por: Armando Mariaca V.