Lo altamente positivo que dejó el encierro y la paralización de la demente industrialización

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Somos conscientes que las potencias harán oídos sordos a lo que sigue en esta columna, no obstante, es necesario concienciar a los ciudadanos sobre lo significativamente positivo que dejó la pandemia como legado a la humanidad, a través del obligado encierro y la paralización de la demente industrialización que acometen las potencias.

Lo que sigue es un estudio del prestigioso instituto alemán Max Planck Institut, de su departamento de química, por lo tanto, totalmente confiable, que confirma lo siguiente: en circunstancias normales mueren por mes alrededor de seis mil personas anticipadamente por causa de la contaminación del aire ocasionado por las industrias que no respetan las normas de protección del medio ambiente. A esta aterradora cifra de muertes por la precitada causa, en tiempos normales, no le asignamos la sensibilidad y la importancia que enviste; eran personas que aspiraban a una expectativa de vida superior truncada prematuramente por el aire contaminado y que aportaban positivamente en pos de un mundo mejor.

Con la paralización de las industrias del primer mundo en estos tres meses de encierro, el cortejo de la muerte por contaminación del aire felizmente cesó, temporalmente, y ya no se registraron muertes anticipadas por este específico concepto. Conmueve cómo la Naturaleza reacciona sabia e inmediatamente restableciendo el ciclo armónico de generación de aire puro para los habitantes del mundo.

Los científicos de ese renombrado Instituto se referían sobre un nuevo ascenso de los niveles de contaminación ante el inminente reinicio de las actividades industriales por las potencias, indicando que las muertes por acción del aire contaminado son espantosas e inevitables.

Esta pandemia debe servir a la humanidad para revalorizar el sublime significado de la vida y su preservación, instando como sociedad civil a las organizaciones que se ocupan de la preservación del medio ambiente, radicalicen sus acciones para ralentizar esta demente industrialización y las potencias respeten obligadamente y bajo la sanción de presunto delito de lesa humanidad, cuando se compruebe por organismos independientes e incorruptibles que se sigue contaminando al aire.

También esta pandemia, exenta de apología a la misma, sirvió para que se exalten los sentimientos de solidaridad y amor al prójimo, acciones que se incrustaron en el espíritu de los ciudadanos del mundo y que pronostican con certeza un mundo mejor.

(*) Es abogado, con posgrados en Ciencia Política y Filosofía (CIDES-MSA, maestrn), Alta Gerencia para abogados(UCB-Harvard), interculturalidad y Educación Superior (UMSA), Arbitraje y Conciliación (Especialidad), Derecho Aeronáutico (Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico, del Espacio y de la Aviación Comercial, Madrid), doctor honoris causa en HUMANIDADES (IWA-Cambridge University, USA).

Fuente: Por: Dr. Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)