Miercoles 03 de junio de 2020

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En esta noche que me cubre,
negra como el abismo,
doy gracias a los dioses que puedan existir,
por mi alma inconquistable.
En las circunstancias que me
sujetan cruelmente,
no muestro dolor ni lloro en alto.
Golpeado por el destino,
mi cabeza sangra, pero se mantiene erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas,
me esperan los horrores de las sombras,
sin embargo, la sombra más allá,
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa lo estrecha que sea la puerta,
no importa el castigo del más allá,
Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.
Fuente: Autor: William Ernest Henley