Pandemia aliada de las autoridades inoperantes

Aunque para las autoridades la llegada de la pandemia del coronavirus aumentó sus responsabilidades de servicio en el cuidado de la salud ciudadana para la mayoría de éstas, también se convierte en "salvavidas" ante la inminencia de un naufragio administrativo, por el incumplimiento en el avance, conclusión y entrega de varias obras. La pandemia pese a su peligrosa vigencia, es una aliada de emergencia de autoridades inoperantes.

Como señalan dirigentes de instituciones orureñas, en su generalidad, ninguna autoridad municipal o de la gobernación, incluyendo Concejo Municipal, por un lado y la Asamblea Legislativa Departamental por otro, pueden o tienen argumentos válidos, fuera de la pandemia, para justificar el atraso en obras que se encontraban en plena ejecución y que inclusive debieron entregarse antes del periodo de cuarentena, pero no sucedieron las cosas como se esperaba, o más bien se repitieron las fallas administrativas en la supervisión de obras, o en el desembolso de presupuestos, además de una recurrente permisibilidad con empresas y ejecutivos incumplidos.

En algún momento se vislumbró un acuerdo conjunto de Gobernación y Alcaldía para construir el Mercado Central y lamentablemente los gremiales salieron con su gusto de postergar el proyecto que debería marchar tras la aprobación técnica coordinada entre las autoridades superiores, asegurando la inversión compartida con el Gobierno Nacional.

No se culminó ni un teatro nuevo, tampoco un campo ferial que se "levantan" en la zona este de la ciudad, tampoco avanzó en la misma zona el embovedado del pestilente y peligroso canal Tagarete, como tampoco se formalizó el trámite de "utilidad pública", de una propiedad que impide la construcción de un "brazo de circulación" en el puente distribuidor que debería facilitar la circulación de motorizados en cuatro direcciones, donde comienza la doble vía a Vinto.

Muchas calles de la zona este de la ciudad siguen esperando por años, la construcción de aceras y el pavimentado de algunas urbanizaciones más abajo del aeropuerto y en una zona donde incluso funciona una moderna clínica del seguro petrolero. Hay calles polvorientas, sin aceras, que están en tal situación por muchísimos años, porque las autoridades sólo satisfacen a las juntas "comprometidas", como denuncian dirigentes vecinales.

Como se puede observar, ni Gobernación, ni Alcaldía cumplieron sus planes a favor de la comunidad orureña. Obras que datan de una gestión pasada y que en la presente pudieron concluirse en el primer trimestre si se hubieran cumplido cronogramas y plazos establecidos. Llegó luego la pandemia y es el pretexto irregular a la inoperancia de autoridades.