Encierro de connotación peligrosa

Aunque se pretenda encontrar ciertos argumentos que justifiquen no pocos hechos de violencia intrafamiliar, dizque debido al encierro por la cuarentena y la reacción de algunos iracundos "jefes de familia", lo evidente es que mujeres y niños están soportando maltrato inferido por un irritado, descontento e incomprensible esposo y padre, que arremete contra sus seres queridos.

La posición de machismo se manifiesta con peligrosidad en circunstancias como la que se vive actualmente debido a la pandemia y las restricciones que limitan las actividades corrientes o comunes de algunos jefes de familia, que está visto son de aparente respeto familiar, pero de incontrolable carácter si se sienten "acorralados" y en el caso del encierro forzoso vencidos por las medidas que prohíben su libertad de tránsito, de relaciones interpersonales y su modus operandi fuera del hogar, en su actividad socio laboral.

Los trastornos emocionales son variados, algunos son producto de inquietudes o inseguridad hogareña desde la niñez, insatisfacciones que no han sido atendidas y quedan como frustraciones que prevalecen en las reacciones de ciudadanos, que como en el caso de la pandemia y la cuarentena, se sienten severamente afectados supuestamente en su derecho de acción y reacción.

Las cifras del último tiempo son reveladoras de la existencia de violencia en las familias, tomando en cuenta datos de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia, (Felcv) que entre enero y mayo recibió más de 300 denuncias de violación de derechos contra infantes, niñas y niños y hasta adolecentes, hechos que tuvieron escenarios mayormente en Santa Cruz, La Paz, Tarija y Cochabamba. Otro dato complementario señala que en un periodo de 90 días se registraron más de 10 mil denuncias de violencia general en el país.

Sólo en abril pasado, el Instituto de Investigaciones Forenses, valoró por día 90 mujeres con lesiones por golpes y 20 por violencia sexual. Once de 41 feminicidios reportados a nivel nacional se cometieron durante el periodo de aislamiento por el Covid-19. La cuarentena al contrario de lo que se esperaba, no ha reducido las cifras de violencia, al contrario los casos se presentaron con mayor incidencia, lo que según las autoridades sectoriales, significa que la cuarentena se convierte en una pesadilla para muchas mujeres y niños en sus propios hogares.

Frente a los hechos flagrantes delegados de algunas organizaciones de servicio social, plantean a las autoridades asumir la situación con un trabajo de concienciación ciudadana, para frenar la violencia y al mismo tiempo para advertir que los delitos de este orden serán sancionados severamente. No es una solución al problema, pero vale la advertencia.