Reivindicación marítima

Todos los bolivianos tenemos clavado en el pecho el sentimiento más fuerte, sobre el mar. Es un estigma hondo que el alma nuestra lleva y que no se borrará ni habrá sosiego hasta recuperar la libertad, de nuestro Litoral boliviano en el Pacífico.

Es porque desde que surgió como República de Bolivia, tenía y tiene sus puertos y acceso al mar; sólo que por ahora, están cautivos los territorios por el usurpador chileno, que la tomo hace 133 años, con engaños, la fuerza, intimación y beneficiarse con las riquezas del Atacama y la costa del Pacífico; de ahí su ambición extensionista, tozuda y reacia a entender que no son dueños de toda*esas regiones ni las costas del mar boliviano y peruano; porque existe}} antecedentes históricos, políticos y económicos profundos.

Así nos demuestra la historia, narrándonos los hechos y convenios funestos para nuestro país, firmando en el año 1864-66 el "Tratado de Medianería" por el caudillo Melgarejo, que permitió la expansión en los paralelos 23, 24 y 25 del Litoral boliviano, permitiendo la disposición del salitre y guano con liberaciones impositivas de 25 años, al gobierno chileno.

El año 1871 el parlamento boliviano, anula todos los actos y tratados del gobierno de Melgarejo, por ser lesivos al país y los años 1877-78 se aprueba la regalía de 10 centavos por tonelada explotada y exportada de salitre a la Compañía y no así al Estado chileno; bastó esta imposición, señalando que no estaban de acuerdo con este impuesto, que al cabo de poco tiempo ocuparon el 24 de febrero del 1879, el puerto de Antofagasta que estaba indefenso y pasivo, a pocos días toman en las mismas condiciones los puertos de Cobija, Tocopilla, Mejillones, Caracoles y se posesionaron en Calama, donde en forma improvisada trataron de defender la soberanía del país, que con honor y digno patriotismo, fue Eduardo Avaroa el 23 de marzo de ese año, en el paso del puente Topáter sobre el río Loa, resonando su célebre frase "¡Que se rinda su abuela,... !” Durante todo ese periodo nuestros gobernantes no defendieron en forma oportuna menos con patriotismo, como moralmente correspondía. Debatiéndose en la desorganización, improvisación, faltando la coordinación y unidad. Cundían sólo los intereses y la figuración, esa era la actuación de caudillos insensatos, que con cuartelazos, revueltas, etc., cambiaban y actuaban los gobiernos. Así con esa pobreza espiritual y falsa sapiencia, firmaron convenios perjudiciales para las generaciones del país.

Chile sin tener la consideración que años previos y recientes, había sufrido desastres naturales en Bolivia, como terremotos en el año 1877, en los puertos de Tocopilla y Mejillones y en el 1978, una sequía galopante que diezmó con la hambruna, empobreciendo a los habitantes de Bolivia; pero los chilenos hicieron gala de su ejército armado que con mucho tiempo la implementaron a sabiendas de los Estados americanos.

Una vez posesionados en los territorios de Atacama y territorios peruanos, los ejércitos de Chile, incluyendo Arica y Tacna y después de la Batalla del Alto de la Alianza del 26 de mayo de 1880, en el año 1884 presionan a la firma del “Tratado de Tregua” donde se cedía todos los territorios conquistados o avasallados, para que en el año 1904, el 20 de octubre, con apoyo de los "pacifistas" bolivianos, ratifican firmando el "Tratado de paz y amistad", cediendo todos los territorios conquistados por las armas y determinando la construcción de la vía férrea Arica-La Paz, más el compromiso de entregar 200 mil libras esterlinas; extremos que el pueblo boliviano, no estuvo de acuerdo puesto que una Los historiadores, a este periodo del 1864 al 1880 lo llamaron "Guerra del guano y el salitre", Enrique Finot, sentenció: son responsables "toda la nación", puesto que es sabido que "los hombres de cada época son responsables de los acontecimientos que en ella se realizan. Los unos porque obran los otros porque aplauden y los demás porque toleran" -Manual de Historia de Bolivia, por Humberto Vásquez Machicao, José, Teresa Gisbert y Carlos, D. Mesa, Edit. Gisbert 1994, pág. 418-

El “Tratado de paz y amistad” de 1904, bien se sostiene por los entendidos e historiadores, que tiene vicios de nulidad, por cuanto los bolivianos firmaron, bajo intimación y por la fuerza, inducidos por el expansionismo e intereses capitalistas chileno-ingleses, con el afán de beneficiarse de las riquezas del Litoral boliviano, corrompiendo a políticos, caudillos, industriales y gobernantes de la época, aprovechando de la desorganización, descuido, ingenuidad y pobreza del pueblo boliviano. Así se apoderaron de las costas marítimas y los territorios ricos en minerales: cobre, plata, oro, litio y otros, que potenciaron al Estado chileno.

Que existiendo antecedentes históricos, políticos y culturales, cuando los gobernantes de Chile, señalan que nada tienen pendiente con Bolivia, amenazando hacer respetar su falsa soberanía mediante las armas, Bolivia, puede jurídicamente interponer la demanda de nulidad de dicho tratado del 1904, sosteniendo los antecedentes citados, ampliando y analizando estos aspectos históricos, políticos, culturales, económicos, con justa y legítima razón; sea ante el Tribunal de la Haya o cualquier otro tribunal internacional, que haga que se devuelva la posesión de los territorios ocupados con agresión e intimación chilena.

Estando en esta posesión maltrecha y las relaciones, no son limpias entre bolivianos y chilenos, porque no hay cumplimiento satisfactorio y honorífico del Tratado por parte de Chile, al realizar con retaceos, mezquindad y engaños, es más, teniendo la posibilidad de recobrar u obtener la devolución de territorios y costa del Pacífico, ya que en ningún momento se les entregó o cedió voluntariamente, en forma consensuada libre y legítima.

Además de que nunca se cedió ni trató las costas del mar ni las islas del Pacífico; tampoco las riquezas existentes, sólo se posesionaron bajo la agresión y constantes amenazas, como actualmente el gobierno chileno afronta y sostiene sin tomar en cuenta los aspectos históricos, legales y de legitimidad.

Los acuerdos comerciales, aduaneros y otros, son comunes entre estados; por lo tanto, las importaciones y exportaciones portuarias no son obstáculo para la demanda de devolución y posesión de nuestros bienes naturales. Si acaso Chile nos cierra los puertos, bien podría ampliar y agilizar los puertos del Perú y el Oriente hacia el Atlántico, como ya se está procediendo en poca escala y no estar potenciando al enemigo. ,

De ahí, la justa REIVINDICACIÓN MARÍTIMA boliviana que debe tomar en cuenta el pueblo chileno; siendo menester y obligación del Gobierno boliviano efectivizar las acciones, porque tiene la aquiescencia de la nación y del mundo entero.

(*) Abogado Laboralista y Administrativo