Jueves 22 de marzo de 2012
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Es voz común decir que Bolivia es un país rico. La riqueza de un país no está en sus recursos naturales. Los países ricos lo son no tanto por sus recursos naturales, sino por la preparación de la población y la calidad de las instituciones que soportan la actividad económica.
Educación y legalidad, expresadas en el respeto a la ley y en la calidad de las instituciones, son para las naciones su verdadera riqueza. Si se compara capacidad con incapacidad, el resultado no puede ser sino una reducción del capital intelectual de la nación. En nombre de la igualdad no se puede sacrificar la calidad, desvalorizar el esfuerzo y el talento. Las sociedades crecen al empuje de los mejores.
Si alguien se pregunta por la fórmula para acelerar el empobrecimiento de un país, los ingredientes están a la vista: debilitamiento del sistema educativo, de las instituciones y de la legalidad.
De ahí que exhortamos a nuestros educadores del país a estudiar para solventar demandas rezagadas para darles luz y conocimiento a nuestros compatriotas, particularmente del área rural.