Jueves 22 de marzo de 2012
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El presidente Evo Morales ha dicho que teme ir a la cárcel cuando haya dejado el cargo por los errores que pudiera estar cometiendo ahora, aunque luego dijo que, camino a su celda, él delataría a los ministros y abogados que sabían de esto y no se lo advirtieron.
Quizá pueda aplicar otro método para no ir a la cárcel en el futuro. Podría comenzar por leer lo que firma. Eso quizá lo obligue a demorar alguno de sus viajes; la entrega de algunas canchas con césped sintético podría esperar, igual que los insultos a los periodistas.
En estos días su gobierno está enfrentando por lo menos dos casos provocados por decisiones no meditadas.
Los cañeros de Bermejo piden al Gobierno el cumplimiento de un Decreto Supremo, el número 29874, de diciembre de 2008, por el cual se dispuso la instalación de un nuevo ingenio azucarero en esa frontera sureña.
La ministra Teresa Morales ha observado ese decreto y lo ha calificado de irresponsable (a todos quienes lo firmaron), además de anunciar un proceso de investigación para dar con los culpables (y no ha sido despedida).