Como van las cosas, con mayor
cantidad detectada de casos de
Covid-19 en nuestro distrito y
tomando en cuenta la tendencia
mundial de la pandemia, es posible que deba ampliarse la
cuarentena, será entonces otra prueba a la capacidad e ingenio de nuestras autoridades para emitir
disposiciones plenamente
coordinadas, para su aplicación en beneficio de la colectividad
La ciudadanía orureña está prácticamente indefensa ante la arremetida de los comerciantes en mercados, los días que concurre a proveerse de una variedad de productos, los más importantes de la canasta familiar, que ahora se venden con alarmante sobreprecio al no existir adecuado control municipal, como lo han denunciado preocupados compradores y molestas amas de casa.
La vigencia de una cuarentena para evitar la propagación del coronavirus, abrió la puerta a comerciantes inescrupulosos que aprovechando la situación elevan el precio de todos los productos que expenden, especialmente los de primera necesidad y de compra obligada para llenar medianamente la canasta familiar, aprovechando la ceguera y sordera temporal de los agentes municipales, que no atinan a poner orden en el caótico negocio que manejan comerciantes y gremiales en mercados y almacenes.
Para mucha gente en nuestro medio, de verdad que el famoso D.S 21060 no ha sido retirado, pues su aplicación histórica de la libre oferta y demanda, sigue siendo norma para el comercio que aprovecha cualquier circunstancia para incrementar los precios.
El pretexto de ocasión es la pandemia del coronavirus y la vigencia de una cuarentena que aplicada para cuidar la salud ciudadana, limita ciertas condiciones de actividad ciudadana, pero facilita de manera directa al comercio "minorista" de productos alimenticios que son distribuidos por mayoristas que mantienen precios regulares, alterados en los puestos de venta de los mercados, almacenes y hasta tiendas de barrio.
El 21060 por lo que se sabe, fue abrogado, pero sin que medie circunstancia legal alguna vuelve al ejercicio del sistema comercial, cuando los vendedores de mercados lo aplican a gusto y antojo, especialmente en circunstancias de efecto masivo, y sin contemplación, ahora que la pandemia se ha convertido en la gran preocupación ciudadana y sus efectos colaterales que se observan en el gran negocio no sólo de sumar, sino de multiplicar precios, lastimando con dureza la economía de nuestras familias, a vista y paciencia de autoridades inoperantes e irresponsables.
Por lo que se observa y genera reacciones justificadas de molestia en la población, el problema se produce en la falta de control a comerciantes que hacen la entrega final a los compradores. Hay una intermediación muy bien aprovechada por los minoristas que reciben ciertos productos de distribuidores mayoristas a precios establecidos y controlados, pero que entran al caos de la especulación, increíblemente en la última etapa del comercio, los puestos de venta, donde la ausencia de los agentes municipales es total.
Como van las cosas, con mayor cantidad detectada de casos de Covid-19 en nuestro distrito y tomando en cuenta la tendencia mundial de la pandemia, es posible que deba ampliarse la cuarentena, será entonces otra prueba a la capacidad e ingenio de nuestras autoridades para emitir disposiciones plenamente coordinadas, para su aplicación en beneficio de la colectividad.
Hay necesidad de abrir segmentos laborales y productivos del país, pero se trata de una medida que deberá aplicarse paulatinamente y en función al respeto de una normativa general que emane del Gobierno, las disposiciones locales, no deben transgredir las nacionales, el asunto es de coordinación.
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